Hay más demanda que oferta y eso hace que el propietario de cualquier vivienda en Málaga tenga una cola de posibles clientes para alquilársela o vendérsela. De hecho, sobre todo en materia de alquiler, el propietario hace un auténtico casting entre los candidatos, viendo pros y contras de cada uno, nóminas, estabilidad, volumen familiar...
Aquello de veo una casa, hago una oferta y la compro o la alquilo en pocos días está desapareciendo, salvo que se ofrezca una burrada de dinero que pueda interesar al propietario. La plataforma inmobiliaria Idealista ha publicado este martes una estadística curiosa en base a sus datos. Cada vivienda de alquiler en Málaga es visitada por 28 personas (o familias) antes de ser retirado el anuncio, es decir, antes de que sea finalmente arrendada.
Es un dato correspondiente al primer trimestre de 2024. Y es peor que el año anterior, que ya era una barbaridad con 22 familias interesadas. Dicho de otro modo, la competencia para alquilar una vivienda en Málaga es ahora mayor que hace un año, cuando ya era enorme.
El propietario tiene la sartén por el mango y eso implica dos cosas. La primera es que puede subir el precio (siempre habrá alguien que se lo pague con tanta demanda salvo que sea algo completamente desorbitado). La segunda es que mira con lupa al futuro inquilino y analiza posibles implicaciones futuras. Por ejemplo, es más difícil alquilar una vivienda a una familia con hijos pequeños porque, en caso de impago, es más complicado desahuciarlos.
El dueño de la vivienda lo que suele buscar es alguien con sueldo fijo, preferentemente funcionario, que pague regularmente y que tenga el inmueble bien cuidado. Luego hay de todo e incluso hay funcionarios que se convierten en morosos. Al final es cuestión prácticamente de suerte. Muchos dueños optan por contratar seguros de alquiler para garantizarse el cobro.
Esa lucha para alquilar una vivienda no se da solo en Málaga sino que es un fenómeno generalizado en España, donde la media de personas interesadas en cada anuncio de alquiler es de 27, un 55% más que hace un año.
La mayor competencia se produce en Vitoria (70 personas por piso), seguida de Guadalajara (59), Santa Cruz de Tenerife (44), Madrid, Pamplona y Las Palmas (41), Barcelona (40) y Palma de Mallorca (38).