En las vitrinas de Los Guindos sólo hay cinco copas conquistadas por el Unicaja de Málaga en estos treinta y un años de historia. Este martes, la expedición cajista se ha subido en un avión dirección a Belgrado en busca de 'la sexta'. La cita será el fin de semana, donde el equipo malagueño tiene que disputar la Final Four de la Basketball Champions League (BCL), que la temporada pasada se escapó jugando como anfitrión, y ahora, como reconoció Ibon Navarro a EL ESPAÑOL de Málaga, el equipo se quiere sacar "esa espinita".
El Unicaja está citado en Belgrado el próximo viernes a partir de las 21:00 horas para medirse a UCAM Murcia. Si gana esta semifinal, el domingo disputaría el título contra el vencedor del Lenovo Tenerife-Peristieri, equipo griego que tendrá más calor de su afición que ninguno.
Será la segunda Final Four consecutiva para el Unicaja de Málaga, que ya ha disputado a lo largo de su historia cuatro fases finales continentales -dos de la Copa Korac, una Final Four de Euroliga, un final de Eurocup y una Final Four de BCL- y ha levantado dos títulos: Copa Korac (2001) y Eurocup (2017).
El conjunto malagueño es uno de los que mejores baloncesto juega actualmente en Europa, sin ir más lejos, es el actual líder de la Liga Endesa y se ha impuesto a todos los equipos de Euroliga durante la competición.
A Belgrado llega con una hoja de ruta en la competición prácticamente inmaculada, con sólo dos derrotas en precisamente una de ellas contra Peristieri, y en Le Mans la otra. Ambas en la primera fase. A la Final Four ha accedido tras acabar invicto en el Round-16 y tras deshacerse con mucha autoridad de Promitheas en cuartos de final en dos partidos.
En todo el curso 2023-2024, Unicaja únicamente ha perdido nueve partidos (final de la Supercopa de España, cuartos de final de la Copa del Rey, dos en la BCL y cinco en la Liga Endesa).
El presidente del Unicaja, Antonio Jesús López Nieto, espera que hasta Belgrado se desplacen unos 400 aficionados cajistas para vivir la Final Four que arranca este viernes para darle aliento a los suyos. No es un viaje económico ni sencillo.
El equipo malagueño llega a esta cita en plena madurez, después de mantener el mismo bloque que el curso pasado, con sólo un cambio, el de Brizuela por Kameron Taylor, y con una maquinaria perfectamente engrasada donde rara vez el bloque suele fallar, con un rendimiento muy regular de todas sus piezas. El cajista más destacado este curso está siendo Dylan Osetkowski, que ha dado el paso adelante que se le pedía y está liderando un equipo lleno de primeros espadas, prácticamente todos los hombres de Ibon Navarro tienen un rol determinante en el equipo.
La empresa no será sencilla. De llegar a la final, serían dos partidos a vida o muerte. Y el primero contra UCAM Murcia con el hándicap de ser dos equipos que se conocen perfectamente. El curso pasado se midieron en los cuartos de final de la competición con victoria malagueña por 2-0, pero los condicionantes en las competiciones europeas contra rivales de tu propia liga son mayores. Sin ir más lejos, con la de este próximo fin de semana, Murcia habrá estado de forma consecutiva en cuatro Final Four de BCL. Nunca ha pasado de semifinales, por lo que ya tiene el callo hecho. El peligro es doble.
Nada debe poder más que la ilusión y la determinación de un vestuario que aspira a volver a Málaga con la copa para pasearla por sus calles con su afición, que en Belgrado o en el Carpena, donde habrá pantallas para seguir la competición, apoyará a los suyos en el tramo final del camino de la que tiene que ser 'la sexta.