Desde que se empezó a configurar la temporada en el Unicaja de Málaga tras el fracaso del curso anterior, los objetivos estaban claros. El primero era entrar en Europa vía previa de la BCL, en la que el equipo ya ha certificado el pase para la siguiente ronda a falta de dos jornadas, y el segundo era volver a disputar la Copa del Rey. Para ello, tendría que entrar entre los ocho primeros al final de la primera vuelta del campeonato. Y de momento es tercero tras diez jornadas y un calendario favorable.
El equipo de Ibon Navarro, con un lavado profundo de cara con respecto a los años anteriores que lo alejaron de lo que fue el equipo del Carpena, suma siete victorias consecutivas, cinco en ACB y dos en la BCL, donde lleva pleno y está en el Round-16. Esos números lo tienen tercero, unos terrenos que el Unicaja de Málaga no pisaba desde hacía mucho tiempo, solo por detrás del Lenovo Tenerife, líder, y Real Madrid, segundo.
Con un 7-3 favorable, el Unicaja está empatado con el Barcelona, Gran Canaria y Baskonia, pero con mejor basket average. De los ocho primeros, solo tiene que jugar Unicaja contra el Lenovo y el FC Barcelona. Cierto que ha claudicado contra el Real Madrid, Joventut y Baskonia, aunque con los vascos se midieron en la primera jornada con el equipo en fase de rodaje.
El cuadro cajista se está mostrando invulnerable en el Martín Carpena, donde está pasando por encima de sus rivales. Solo ha salido victorioso del pabellón malagueño el Real Madrid, también en el arranque de curso.
El equipo de Ibon Navarro ha firmado las últimas victorias como local por +26, +24 y +46, cumpliendo con el propósito de mostrar sobre el parqué un juego más físico acorde al que se está viendo en el continente. El técnico vitoriano, que ha construido un equipo a su antojo, tiene a los suyos funcionando como un reloj suizo.
El momento del equipo ha devuelto a la gente al Martín Carpena, que ya ocupa más de siete mil asientos en cada partido alentando a los suyos, jugando el papel determinante que siempre ha representado la afición malagueña en los éxitos del equipo.
Uno de los ingredientes de la receta del éxito momentáneo del Unicaja es la rotación y el protagonismo de los doce jugadores, todos tienen algo que ofrecer sobre la pista, donde el capitán del equipo, Alberto Díaz, es el ejemplo de sacrificio por la camiseta verde.
El Unicaja es tercero, tiene por delante siete jornadas para cerrar el pase a la Copa, y se contempla incluso la posibilidad de ser cabeza de serie. Queda mucho, pero el equipo tiene las ideas claras y no duda sobre el parqué. El Unicaja vuelve a ilusionar, lo mínimo que se le pedía.