El Málaga CF aprovechó el derbi malagueño contra el Antequera CF para reconciliarse con una afición que no lo veía ganar en La Rosaleda desde mediados del mes de marzo. Fue en la última cita como local antes del playoff del ascenso, justo cuando el ambiente se estaba enrareciendo por los malos resultados del equipo. Pero la victoria por 3-0 dio paso a un fiesta que había empezado antes del final.
Sintomática fue la ovación de Larrubia cuando fue sustituido en el minuto 83 después de dejar su mejor partido como malaguista. El árbitro lo obligó a abandonar el campo por el lado opuesto a los banquillos y el de La Luz se fue llevando la ovación por donde pasaba.
Tras el pitido final, los jugadores se fueron acercando al Fondo Sur del estadio, donde se sitúa la grada de animación, para empezar a tirar de todo el repertorio de la afición malaguista e incluir algún hit nuevo, como el "¡Alfonso Herrero mete un gol!", después del tanto del meta toledano en San Fernando.
'¡Vamos a ascender!', 'La gitana loca', 'Forza Málaga' y alguno más fueron los cánticos que se entonaron con todos los jugadores abrazados, algunos que habían sumado a sus hijos a la fiesta, y con Superboke siendo uno más.
Antes de retirarse, los jugadores de Pellicer dieron la vuelta al ruedo para agradecer al público que quedaba presente en las gradas.
También aprovechó el final del partido el colegiado del mismo, Muñoz Piedra, para celebrar el final de su carrera como árbitro y recibir el calor de sus compañeros, de los dos clubes que le regalaron una camiseta cada uno, y un numeroso grupo de personas que se dio cita en el césped de La Rosaleda para abrazar al colegiado jiennense adscrito al Comité Madrileño.
Una fiesta para todos.