El entrenador del Málaga CF, Sergio Pellicer, compareció notablemente enfadado en la sala de prensa del Nuevo Arcángel después del vapuleo del Córdoba el pasado domingo, especialmente en la segunda mitad, cuando los blanquiazules desaparecieron del campo, algo a lo que no acostumbra el conjunto malaguista. Paradojas, se repitió la misma escena que en la primera vuelta cuando los de Iván Ania pasaron por encima del Málaga en La Rosaleda a pesar del empate a uno final. Aquel día, Pellicer mandó a un periodista a sacarse el carné cuando le preguntó por alguna de sus decisiones. Después le pidió disculpas en privado y en público reconociendo su error, porque el de Nules no suele sacar los pies del tiesto.
Después de la derrota por 1-0 contra el Córdoba que tiraba al traste cualquier opción de pelear por la segunda plaza del campeonato, además de dejar sin opciones matemáticas de ascenso directo, Pellicer fue cuestionado por los gritos de la afición en el Arcángel cuando los jugadores fueron a agradecer a los malaguistas desplazados para el derbi andaluz. "¡Que salga Pellicer!", gritaban los malaguistas.
Primero tiró de un recurso que ya utilizó cuando el Castellón se impuso en Martiricos a final de enero, con toda la segunda vuelta por delante, y dejó al Málaga CF sin opciones reales de ascenso directo. "Yo no voy a ser un problema". Dijo entonces, dijo más tarde y dijo también este domingo. Es un mensaje que también repitió el curso pasado.
Y a continuación fue más allá. "Pellicer no va a ser un problema para el Málaga. Solo vale una cosa, ascender. El que más quiere ascender soy yo. Otros van a continuar, yo no. No he salido fuera porque no lo he escuchado. El único del club que se va si no sube soy yo", expuso adelantándose a una posible decisión del club en caso de que el Málaga continúe en Primera RFEF el curso que viene, para lo que está sacando muchas papeletas en este tramo final de liga.
Desde el no se lanza ningún mensaje público sobre el técnico. Ni se le respalda ni se le cuestiona. Actualmente, el de Nules está ejerciendo de portavoz, porque nadie da la cara en estos tiempos de zozobra.
Su continuidad fue una apuesta sin fisuras de Kike Pérez cuando llegó al cargo de director general del club y con ella tuvo que comulgar Loren Juarros para construir el equipo en Primera RFEF. Pellicer sería el entrenador, a pesar de que fue incapaz, como Pepe Mel antes, de sacar al Málaga del pozo durante 18 jornadas para mantenerlo en Segunda. Cogió el equipo con cuatro puntos de desventaja y llegó a tenerlo a diez de la permanencia. Después se orquestó una operación milagro que era imposible. Demasiado tarde.
Tiempo de reivindicarse
Ahora, cuando está que arde la temporada y se acerca el playoff de ascenso para el que el Málaga puede certificar su presencia este mismo domingo si le gana al Mérida. Sergio Pellicer, si no hay giro radical de última hora, tiene la oportunidad de demostrar que está capacitado para sacar del Málaga del atolladero en el que está metido, con un rendimiento que va a menos en el tramo más importante de la temporada, y, sobre todo, fuera del fútbol profesional, en la tercera categoría del fútbol español.
Se le ha agotado el discurso de que el equipo compite, porque a este Málaga ya no le vale sólo con competir, le vale con ganar, que es lo que tiene que hacer a partir de ahora si quiere estar el curso que viene en Segunda División.