El Canto del Loco escribió en una de sus canciones más populares aquello de "ya nada volverá a ser como antes" y es una historia que podría adaptarse a la actualidad del Málaga CF. Y es que el equipo lo intenta, con más voluntad e impulso que efectividad, pero no acaba por conseguirlo. Solo los goles conducen a las victorias y la plantilla se ha quedado seca hasta tal punto de que han perdido la identidad en ataque e incluso el gen ganador en su campo. El club no gana en La Rosaleda desde el mes de noviembre. La historia al revés.
El equipo comenzó siendo un martillo cuando jugaba como local a principios de temporada. Empató dos de ellos ante el Mirandés y el Zaragoza. Sin embargo, las victorias fueron muchas más: Alcorcón, Girona, Fuenlabrada, Lugo, Real Sociedad B, Tenerife y Las Palmas. Números propios de un equipo en una zona más alta en la clasificación de lo que se encuentra ahora el club en LaLiga SmartBank. Hasta ahora.
El triunfo ante el equipo de Pepe Mel, el entonces entrenador de los canarios, fue el último que pudieron celebrar los jugadores del Málaga CF ante su afición. Aquel 20 de noviembre de 2021, La Rosaleda fue testigo de cómo Sekou Gassama certificaba un triunfo para darle los tres puntos a su equipo en los minutos finales. Qué tiempos. Desde entonces se han disputado cinco encuentros como local y ninguno de ellos se ha convertido en victoria: Amorebieta, Leganés, Sporting, Ibiza y Almería.
Precisamente, estos partidos han formado parte de una racha que aún no tiene fin, de la que no ha conseguido salir el equipo. Este sábado fue ante una de las plantillas que tiene más opciones de acabar su temporada con el ascenso a Primera División. No era un reto fácil y, a pesar de ello, los jugadores evidenciaron que existe ese paso adelante con la llegada de Natxo González. Aunque no parece ser suficiente para volver a cosechar un triunfo con el aliento de la afición. Para eso falta un poco más. Quién lo diría.
Pólvora mojada
La falta de puntos en La Rosaleda no será por ellos y sí que podrá ser por la pólvora mojada que castiga durante cada partido al Málaga CF. Ante el conjunto de Rubi solo dispararon en dos ocasiones a puerta: una de Ramón y otra de Antoñín. Contra el Zaragoza fue el jugador cedido por el Granada el que abrió la lata para los malacitanos, pero poco más. El equipo llega, a duras penas y sufriendo, pero no consigue sacar rédito de la gran mayoría de ellas.
Natxo González aún no ha conseguido sacarle el rendimiento a sus atacantes. El Málaga CF sigue siendo uno de los peores equipos de la categoría de cara a puerta. Tan solo ha marcado 24 goles, un índice de menos de un tanto de media por partido y los encuentros solo se ganan consiguiendo que el balón se introduzca hasta el fondo de la red. Es un problema serio que tienen los jugadores. Tan grave es que el máximo goleador blanquiazul es Brandon con cinco goles y tres de ellos han sido desde el punto de penalti. Le sigue en esa clasificación Paulino con cuatro y hay que bajar hasta los dos goles para ver a más jugadores como Genaro o Peybernes.
Y ya no es solo un problema de marcar, sino también de generar ocasiones claras. El centro del campo se ha diluido por completo en los últimos encuentros. El experimento Ramón-Febas no solo no salió, sino que fracasó en algunos de sus intentos y el once titular ha perdido una de sus grandes piezas creativas. Ante el Mirandés hubo algunos minutos brillantes. Contra el Zaragoza se vieron completamente superados por una presión total y frente al Almería apenas ha habido pocos momentos de inspiración futbolística.
Ya lo comentó Natxo González en la rueda de prensa, el siguiente paso adelante debía producirse en el ataque y debería tratarse con relativa urgencia. Los puntos se escapan por los fallos defensivos, pero también por la ausencia de remates a puerta. La afición del Málaga CF no se caracteriza en los últimos partidos por celebrar demasiados goles y es una lacra que tiene al equipo donde lo tiene en la clasificación.
El siguiente reto en La Rosaleda será ante el Cartagena a finales de febrero. Un rival contra el que no será fácil revertir la situación. A ver con qué versión llega el equipo para dentro de dos semanas.