Su construcción comenzó en el siglo IX y terminó en el XVI. Hoy en día, es el monumento más emblemático del pueblo malagueño de Cañete la Real. Se trata del castillo de Hins-Canit, a 800 metros de altitud, una fortificación que fue de las más importantes durante las guerras cristianas y granadinas.
El nombre originario de esta fortaleza musulmana medieval situada al norte de la Serranía de Ronda proviene de la palabra árabe Qanit, que quiere decir caños, y hace referencia a los que existían y existen hoy en día alrededor del casco urbano de la localidad. En el año 1330, al ser conquistado por primera vez por los cristianos, Alfonso XI dio el título de 'Real' al municipio.
Este conjunto fortificado se construyó sobre un cerro rocoso, y cuenta con tres sectores: la entrada y área adyacente, un sector intermedio, fundamentalmente residencial destinado a vivienda, almacén de grano y depósitos de agua y el área señorial, donde se sitúa la Torre del Homenaje con tres cuerpos y azotea.
En una primera fase, se creó la torre, dos hornos y un pequeño aljibe para la captación del agua pluvial. Ya en el escenario de la caída de Teba en manos cristianas y el asedio sobre Setenil, la fortaleza recupera su condición estratégica con la elaboración de nuevos muros, un segundo aljibe y más viviendas.
En la última fase de edificación se sitúa la construcción de una serie de habitaciones de mayor consistencia y con mejor ordenación. En ellas se hallaron objetos de cerámica, un molino manual, herramientas de labranza, así como una cesta de esparto con varios kilos de cereales y sílex (elemento imprescindible para hacer fuego), todo ello correspondiente al periodo nazarí.
Debido a las constantes revueltas de esta época (siglos XIV-XV) se construyó una nueva cisterna de gran cubicaje, para almacenar agua en caso de asedios prolongados.
La historia de este castillo es amplia. En manos musulmanas, entre el año 870 y el 930, Hins-Canit apoyó a la ciudadela rebelde de Bobastro, cerca de Ardales, donde se había asentado Omar ben Hafsún, un caudillo andalusí de origen hispano-godo que organizó y lideró una rebelión contra el Emirato de Córdoba.
La fortaleza que se puede visitar en la actualidad debe ser situada en el contexto histórico de la conquista del Guadalquivir por Fernando III y con el establecimiento de una frontera tras la toma de Osuna en 1239 y de Estepa y Lucena en 1240. El levantamiento de este nuevo recinto supuso el abandono de la anterior edificación, situada en el Cerro de la Horca.
Tras la ofensiva aragonesa del mediterráneo en el siglo XIV, Cañete se rindió en 1330 y el castillo quedó en manos cristianas. De igual manera lo hicieron otros asentamientos importantes de la zona como Teba y Ortegícar, según detallan desde el Ayuntamiento, que busca poner en valor el amplio legado histórico del municipio.
La villa fue escenario de varias conquistas y reconquistas del castillo. La fortaleza fue ocupada por los musulmanes hasta ser recuperada por Pedro I el Cruel en 1362. Con posterioridad fue tomada por los nazaríes en 1468 y recuperada por la corona castellana, gracias al hijo del Maestre Gómez Suárez de Figueroa, en el año 1407.
El castillo se mantuvo cristiano hasta ser tomado por Muley Hacen en el año 1482. Con la caída de Ronda en 1485, esta fortaleza pierde su valor estratégico.
Se inicia aquí un período de abandono que perdurará con el paso del tiempo hasta la realización de las labores de restauración y conservación de las últimas décadas.