María del Mar Rodríguez Carnero (Málaga, 1975), más conocido como La Mari, creció viendo conciertos de Tabletom, la Niña Pastori, Ketama, Lole y Manuel, Mártires del Compás y Paco de Lucía. También cantando en la calle. Sus primeros pasos en la música los dio a finales de los 90 con tres amigos con los que montó un proyecto muy humilde llamado Chambao para sus más allegados y la gente del barrio.
Lo que empezó como una aventura entre cuatro colegas en Pedregalejo consiguió girar por medio mundo. El flamenco-chill conquistaba corazones y los MP3 de muchos jóvenes. En 2005, la cantante malagueña empezó a liderar la banda en solitario y le diagnosticaron un cáncer de mamá. Fue un año tremendamente duro y muy revelador. Sin embargo, La Mari siguió su camino en claro ascenso.
La artista no paró de publicar discos y de colaborar con artistas como Peret, Cesária Évora, Enrique Morente o Ricky Martin. Ahí estás tú llegó a ser la sintonía de la vuelta ciclista a España 2013. Hace cuatro años decidió desmontar el Chambao y dejar atrás su pasado para embarcarse en una nueva aventura musical como La Mari. La multitudinaria despedida tuvo lugar en el WiZink Center, y se celebró por todo lo alto.
La Mari celebrará 20 años en la música con una gira mundial los próximos dos años. En cada concierto interpretará las canciones más emblemáticas de su carrera. Ya tiene cerrada fecha para Málaga: el 22 de julio en la Plaza de Toros de La Malagueta. También prepara un disco con canciones sobre Lorca compuesto por Emilio Aragón. La artista va camino a los ensayos cuando hace la entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga donde deja claro que "nunca" se ha dejado infravalorar por nadie.
Celebrará dos décadas de trayectoria musical con muchísimos conciertos por todo el mundo. Dice el tango que "20 años no es nada". ¿Cómo los siente?
Yo digo que febril tu mirada. Jajaja. La vida no es ni mucha, ni poca. La vida es para vivirla. No estoy pendiente del tiempo que transcurre mientras la vivo. Me gusta estar donde estoy, y hacer lo que estoy haciendo. No voy acumulando logros, ni décadas. Obviamente voy cumpliendo años, y me dije: "Vamos a celebrar estos 20 añitos en la música. Qué guay". No me siento como si pasara por caja. En todo este tiempo he vivido momentos maravillosos y otros que me han costado un poquito más. Todos me llevan a seguir queriendo haciendo cosas.
¿Qué queda de aquella joven que dios sus primeros pasos en Pedregalejo?
Queda todo y no queda nada. Toda yo estoy hablando contigo. Sigo siendo esa joven. Voy avanzando. Mi vida se ha ido llenando de encuentros y desencuentros en la música, y en muchas otras parcelitas de mi existencia.
¿Qué ha aprendido de la vida y del amor que no sabía hace dos décadas?
Lo que sé es que la vida y el amor hay que vivirlos. No te los puedes perder. Cada vivencia, cada relación y cada paso que una da es diferente, y bendito sea así. Ahí se encuentra la riqueza.
Le diagnosticaron cáncer de mamá y logró superarlo. ¿Qué le enseñó esta enfermedad?
Me enseñó a no llamarla enfermedad, a no llamarla contra el cáncer, a no hablar de superar, a no llamarle el bicho. El cáncer me ha enseñado a vivir, a mostrar la mejor versión de mí, a querer seguir aprendiendo cosas aunque me cuesten. No me refiero a las que se me dan bien. El cáncer, en definitiva, me ha enseñado a amar la vida.
Hablando de cáncer… Grabó un dueto maravilloso con Pau Donés en Déjame vivir. ¿Qué ha perdido este país con su muerte?
La canción la grabamos juntos en el Valle de Arán en su casa estudio. Lo hicimos junto a Micky Forteza-Rey, mano derecha y amigo. Tuve la oportunidad de conocer a un compañero de oficio, a un gran músico y a una bonita persona que también ama la vida y le gusta vivir las cosas tal y como suceden, sin disfraces, sin máscaras. Escribía unas letras maravillosas, necesarias y muy claras. No se andaba con rodeos. Letras para hacer las paces con uno mismo y con la persona de al lado. No es tan fácil a veces desde la filosofía del menos es más hacer canciones con dos o tres acordes. Él era un gran maestro en eso. El mundo ha ganado muchísimo con su huella. Somos unos afortunados por haberlo tenido en este mundo.
En 2005 empezó a liderar sola el proyecto y supo lo de su cáncer. ¿Lo vivió como un punto de inflexión en su carrera?
Cuando lo tienes encima no lo vives así. Luego lo ves con perspectiva. Fue un año revelador, muy duro y lleno de vivencias: me quedé sola en Chambao y seguí llamándome Chambao. Parecía que todavía seguíamos los cuatro, el grupo. Chambao lleva existiendo más conmigo sola que con cuatro personas que empezamos. Con esas personas duró cuatro años, y el resto han sido 17 años. He estado todo ese tiempo liderando el grupo solo. Luego me diagnosticaron cáncer. Imagínate. Fueron muchas cosas a la vez. Lo primero que hice fue parar. Cuando falla la salud lo demás da igual. Me debía a ella.
Muchos no olvidan su dúo con Ricky Martin en Tu recuerdo. ¿Con qué artista le ha hecho más ilusión grabar o colaborar?
Han sido tantos. Todas las colaboraciones que hago me entusiasman, y las hago desde el corazón. No cobro por las colaboraciones. Alguna vez me han dado un tanto por ciento de la canción porque la persona ha querido, o me ha firmado un 10% de la letra. No pido derechos, ni dinero. Me llevo la experiencia. Cuando las hago es porque me apetece y porque me gusta muchísimo mezclarme. Aprendo de esas personas, Cesária Évora, Peret, Pitingo, Miguel Campello, Los Delinqüentes, Miguel Ríos, Serrat, Juanes... Ha habido colaboraciones en directo que no se han recogido en ningún disco.
En el concierto versionará desde Camarón a Serrat, la Mala Rodríguez o Calle 13 (Eduardo Cabra le produjo un disco). ¿Se atrevería con un reguetón en un futuro single?
No tengo especial predilección por el reguetón. La música es maravillosa para expandirla y liberarla. Quien le ponga candaos a la música, allá ella... Esto va por gustos. Me gusta mucho la música en general. Yo me debo a lo que mejor me salga, a mis habilidades y a lo que más me guste.
Las letras de Chambao siempre han estado pegadas a la actualidad. Pienso en Papeles mojados. ¿Le dedicaría alguna canción a la pandemia, la invasión de Ucrania o la problemática de los refugiados en Europa?
Papeles mojados surgió de algo que empezó en mi caso viéndolo en los telediarios y acabó en una canción. Intentaba apoyar y dales un abrazo a todas las personas que intentan tener una vida mejor, personas cuyas vidas se ven truncadas. Escribiré una canción de lo que me salga. No quiero ser panfletaria, ni escribir una canción del volcán, la pandemia o la guerra de Ucrania. Le escribo a las alegrías y a los dolores del ser humano, a las injusticias. Somos muy frívolos a la hora de hablar de la guerra de Ucrania. A quien le corresponde hablar de eso es a quien ha perdido su casa, y ha sufrido. En Papeles mojados también hablo de los países que tienen una nefasta ley de 'no ayudes del otro si se está ahogando en el mar'. Me parece muy fuerte que eso siga ocurriendo en la actualidad... La Unión Europea está negándole la vida al ser humano. Lo más importante de este mundo es la tierra que pisamos y cuidar del otro.
En 2009 ya concienciaba sobre el medio ambiente en el disco En el fin del mundo. ¿Cree que ya nos tomamos más en serio lo de cuidar el planeta o cree que vamos camino de nuestra aniquilación?
¿Qué es cuidar el planeta? Tú cuidas tu entorno. Intentas no tirar un plástico al suelo o un cenicero lleno de colillas. No nos hacemos preguntas poderosas. Cuando nos hagamos preguntas poderosas tendremos respuestas poderosas.
¿Qué primeros recuerdos tiene asociados a la música en su niñez?
Recuerdo muchas canciones de dibujos animados como Barrio Sésamo, Casimiro. O canciones como No se ría de la Bruja Averia o La Gallinita Coco Uaua (de Enrique y Ana). Iba mucho a los conciertos de Tabletom, Mártires del Compás, Lola y Manuel. El otro día con mi amiga Paqui recordé que veíamos a Ketama y Niña Pastori por 300 pesetas en el Tívoli World aquí en Benalmádena, en Arroyo de la Miel, y repetíamos segundo pase. También a Danza Invisible en el Eduardo Ocón. También recuerdos conciertos de Paco de Lucía.
¿En estos 20 años ha cambiado mucho la ciudad?
Málaga está preciosa, y cada vez tiene más cultura en sus calles. Están haciendo muy buen trabajo con la cultura, el entretenimiento y el ocio. Como queja diría que hay muchos sitios musicales que han cerrado en la provincia, y que no se puede tocar en la calle. Antes se podía. Te vas a Sevilla y Córdoba y hay lugares donde se puede. Me da un poco de pena porque formamos parte de una gran cultura. Nuestra generación salía a la calle con unas pipas y ahí había uno tocando la guitarra, el cajón. Yo de pequeña con mis vecinos hacía concursos de imitaciones. Lo comunitario se está perdiendo.