Airbag, emblema del pop rock malagueño y una de las bandas con más solera en las salas españolas, está grabando un nuevo disco estos días. Su último trabajo, Cementerio indie (Sonido Muchacho, 2019), reunió una buena colección de canciones llenas de melodías pop y medios tiempos. El trío de Estepona formado por Adolfo, Pepillo y José también rendía homenaje en este álbum a los primeros Beach Boys e incluso hacía una mención a la famosa serie Stranger Things.
Grabar en mitad de una pandemia es "un caos", reconoce Adolfo Díaz, cantante del grupo, durante una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. "Cogimos la fecha pensando que ya estaríamos más tranquilos y nos ha pillado el pico más alto de contagios", se lamenta. Los involucrados en la grabación del disco se semiconfinaron en Navidad para no contagiarse. En el caso de que así fuera, se podrían fastidiar unos planes organizados con muchos meses de antelación.
Se trata de la primera vez en más de 20 años de trayectoria que la formación vive algo así. "Esto es nuevo para todos. Todos están hartos y está empezando a pasar factura psicológica a la gente", advierte Díaz antes de reconocer que "la pandemia no se merece una canción". "Si habláramos de estos dos años de encierro sería un disco bastante triste y agobiante. Va en contra de nuestra filosofía", sostiene.
El grupo ha querido desconectar del virus (y sus variantes) y cantarle a lo que mejor sabe: las relaciones personales, entre la gente o ellos mismos. "Habrá algún tema más social o de otro índole. Tenemos 14 canciones y sólo en una de ellas se menciona la pandemia porque se habla de una situación cotidiana. En ese tema también aludimos al carpe diem, a aprovechar el tiempo y el momento", desvela.
En el anterior trabajo, Airbag hizo un maravilloso guiño a la ciudad en Puente de los Alemanes, el puente situado en pleno centro que el país teutón donó a la ciudad en agradecimiento por el auxilio a los tripulantes del barco Gneisenau cuando naugrafaba en la bahía malagueña en 1900. El cantante adelanta que no habrá una mención directa a Málaga porque no les gusta hacer el mismo disco que el anterior.
El octavo álbum con un sonido "continuista" se mantendrá en la línea de Cementerio indie. "Este disco tiene muchas canciones lentas. No sé por qué razón. No sé si porque la pandemia y los encierros nos han aplatado. Quizá es la edad. El productor, Carlos Hernández, sugirió que le metieramos más velocidad a algunos de los temas. La estamos grabando con cinco puntos o 10 puntos más de velocidad", precisa.
En resumen: va a quedar un disco bastante eléctrico y enérgico, pero nada que ver con sus primeros trabajos. "No vamos a volver a hacer punk rock tan acelerado. Eso lo hacíamos con 20 años. Este llevará canciones muy enérgicas con guitarras potentes pero cediendo en el ritmo", aclara.
"No hay ningún giro radical. Es un disco más de Airbag con pequeños cambios. No vamos a irnos a la electrónica ni vamos a hacer cumbia. Nosotros somos un grupo de pop y rock. Es lo que sabemos hacer. Intentamos llevar nuevos acordes, nuevos matices y nuevos ritmos de batería", defiende.
En algunas de las canciones se aludirá a la filosofía del carpe diem, esa que tiene como objetivo aprovechar el tiempo. "Ahora es el momento, ahora es el futuro. Porque luego quien sabe lo que va a pasar", lanza Díaz.
El conjunto ha grabado las bases de la batería en el Castillo Alemán, el estudio de Carlos Hernández ubicado en Pedrezuela (Madrid) y a la vuelta esta semana están en el estudio Moby Dick de Málaga con Daniel Pineda como ingeniero de sonido. "Hemos grabado batería allí porque queríamos un sonido amplio y potente. Carlos se ha venido desde la capital. Es el cuarto disco que nos produce. Empezamos con él Manual de montaña rusa", apunta.
-¿Cómo mantienen la frescura y el entusiasmo 20 años después?
-Hacemos la música que nos sale. Si la gente considera que todavía suena fresca, estupendo. La longevidad en un grupo es difícil de llevar. Ya no tienes el factor sorpresa de tu lado, y la gente ya te conoce y te ha visto mucho. Damos todo lo que tenemos.
La banda no ha parado de crecer desde su fundación hace dos décadas. "Incluso sacando lo mejor, es complicado que sorprenda a la gente. Valoro mucho que la gente nos siga todavía. Aunque no seamos un grupo superventas o cabeza de cartel en festivales, somos un frupo que estamos ahí y la gente sigue viniendo a vernos. No lo vemos mucho. Hay pocos grupos que lleven tanto tiempo y sigan adelante", dice su cantante orgulloso.
Cuando se le pregunta a Díaz por la situación de la música en directo en el centro de Málaga, responde que "prácticamente no hay nada". "Encima con la pandemia todo se ha complicado más. Ya estaba mal antes porque no se daban licencias de música en directo en el casco antiguo. Tenemos la Velvet, que es un bar, y la sala Theatro. Es una discoteca que se adapta a hacer conciertos, no una sala de conciertos. Estas últimas están relegadas a los polígonos industriales. La música rock sigue bastante perseguida en el centro de Málaga", zanja.
Al final de la conversación donde se habla también del Canela Party, el festival alternativo por excelencia en la provincia, el artista aconseja a las nuevas bandas que sean "muy perseverantes". "Tengo local de ensayo en Castle Rock. Pasan por ahí muchas grupos jóvenes y de la tercera edad casi. Les diría que no se rindieran a la primera. Veo a muchos grupos que se forman, estan muy ilusionados, graban un disco y se decepcionan. Al principio hay que tomárselo como una inversión", se despide.