Los días de echar 'la rebequita por si refresca durante la noche' parecen haber pasado. Si los tres primeros meses del año han estado marcados en la provincia de Málaga por temperaturas por encima de la media, la tendencia se va a mantener e incluso a agravar en el periodo inmediato.
De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya advierte de que abril, mayo y junio van a estar marcados por valores "significativamente por encima de lo normal". Y eso, tratándose de un territorio que está acostumbrado a convivir con un clima cálido, es mucho decir.
Un escenario caluroso que se da la mano con lo que en apariencia va a ser un nuevo periodo seco. "No aparece una señal clara con el tema de las lluvias pero es verdad que entramos en meses en los que no suele llover tanto como en otros periodos", admite el director del Centro Meteorológico de Málaga, Jesús Riesco.
Durante toda la Semana Santa, Riesco y el resto de integrantes del organismo estatal fueron protagonistas absolutos de la actualidad informativa en la provincia. Ellos eran los portavoces de lo que iba a ocurrir durante las jornadas de procesiones. Y han sido sus datos científicos los que han precisado hasta qué punto podían o no salir las cofradías a la calle.
Tomando como referencia los datos estadísticos de la Aemet, el primer trimestre de 2024 ha sido "extremadamente cálido", lo que supone un hito desde que se dispone de información en 1961. Y en la misma medida, gracias principalmente al comportamiento del pasado mes de marzo, ha sido mucho más húmedo de lo habitual.
En enero, la temperatura media fue de 14,1 grados, 1,4 por encima de la media, mientras que las precipitaciones fueron bajas. Apenas 21,3 milímetros, valor que siendo bajo fue un 34% superior a la media del periodo histórico.
En febrero, la temperatura media fue de 15,3 grados, 1,9 por encima de la media histórica. Y aunque la lluvia no fue gran protagonista, los 28,5 milímetros registrados estuvieron un 48% por encima de la media.
En marzo, por su parte, mientras los termómetros marcaban una media de 15,8 grados (+0,7 más de lo habitual), las estaciones meteorológicas registraban 143,1 litros por metro cuadrado de media, lo que supone un 217% por encima de la media para este periodo. Se da la circunstancia de que el 26 de marzo se registraron en el aeropuerto de la capital rachas de viento de hasta 109 kilómetros por hora.
Esta es la fotografía actual que se puede tomar del tiempo que ya ha ocurrido en la provincia y del que está por venir antes de la llegada del verano. En este último caso es especialmente relevante lo que pueda ocurrir con las precipitaciones, si es que las hay. De lo contrario, como es previsible, la gravedad de la sequía irá a más.
La sombra que desde hace meses viene sobrevolando la provincia por la falta de lluvias parece haberse difuminado levemente tras el buen comportamiento del cielo durante la Semana Santa. Como consecuencia de ello los embalses han sido capaces de almacenar unos 70 hectómetros cúbicos desde el pasado 9 de febrero, jornada en la que el nivel de las presas estuvo más bajo, con 95,33 hectómetros cúbicos.
Pese a que los embalses se encuentran al 27% de su capacidad total, la Junta de Andalucía ha tomado la decisión de flexibilizar las restricciones que había impuesto en febrero, reduciendo el abastecimiento a 160 litros por habitante y día. Tras la reunión del comité de sequía ha sido la de incrementar a 200 litros por habitante y día.