El gran espacio arqueológico proyectado en el mismo túnel del Metro de Málaga, que dará cabida a parte de los ricos hallazgos encontrados durante la construcción de la infraestructura en la Avenida de Andalucía se está haciendo esperar más de lo previsto.
Pese a que la Junta de Andalucía formalizó con la empresa Civile ICF el contrato para la redacción del proyecto básico de este espacio cultural, con un plazo de cuatro meses, la realidad es que un año después sigue sin estar completado y validado el documento técnico, indispensable para avanzar, posteriormente, en el proyecto constructivo.
Así lo confirman desde la Administración regional, indicando que la Consejería de Fomento ya ha recibido la última versión, que está siendo supervisada técnicamente para su remisión a la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, "dando cumplimiento así a la resolución prevista". La intención es la de remitir también al Ayuntamiento para que dé su conformidad.
Será en el momento en que se cuente con el visto bueno por parte de Cultura cuando se podrá dar el paso para redactar el proyecto de construcción. El plazo manejado para su elaboración es de dos meses. Conforme a este calendario parece factible pensar en que la fase técnica podría estar completada para el verano, abriendo la puerta a la posterior licitación de los trabajos de ejecución de la sala de exposiciones en la que quedarán expuestos los restos.
El trabajo de Civile debe definir la restauración y adecuación necesaria de los bienes inmuebles exhumados durante las obras llevadas a cabo entre 2019 y 2021 en su ubicación definitiva. El espacio elegido se localiza bajo la Avenida de Andalucía.
Los restos hallados durante los trabajos de extensión del suburbano hasta el Centro, en los tramos de Renfe/El Perchel y Guadalmedina-Atarazanas, están almacenados en el mismo punto del túnel que será adecuado como museo. La elección de esta zona no es casual, dado que fue ahí donde en 2020 afloraron las dos murallas del arrabal de Attabbanin de la época musulmana, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía.
Pero no son estas las únicas piezas que podrán contemplar los futuros visitantes. El listado de piezas es más amplio, destacando un horno musulmán del siglo XI; una vivienda unifamiliar nazarí y una calle completa de la época nazarí de los siglos XI y XII; una calle completa de la época cristiana moderna de los siglos XVI-XVII, y finalmente los elementos de la curtiduría para tratar el cuero de los siglos XVIII-XIX con tinajas y piletas.
El espacio expositivo tendrá unos 2.165 metros cuadrados de superficie, con una altura de 5,2 metros y una anchura media de unos 13. Con la intervención proyectada se persigue mantener su actual carácter diáfano, buscando "una integración desplazada de los restos encontrados bajo rasante". La idea, según se indica, es hacer algo parecido "a una cripta arqueológica".
El proyecto pretende dar sentido a los restos arqueológicos para que sean capaces de describir la historia de la ciudad de Málaga de una forma pedagógica y comprensible, utilizando las nuevas tecnologías. De hecho, se expondrán más de un centenar de estructuras, muchas de las cuales formaban parte de antiguas viviendas del arrabal musulmán situado al oeste del río Guadalmedina.