La Fiscalía de Málaga ha mantenido su petición de 51 años y 6 meses de prisión para José Arcadio D.N., alias el Melillero, por el intento de asesinato con ácido sulfúrico de dos mujeres, una de ellas su exnovia, en la localidad malagueña de Cártama.
El fiscal mantiene también su acusación a las otras cinco personas sentadas en el banquillo de los acusados junto a el Melillero, entre ellas la que presuntamente arrojó a las jóvenes un bote de un litro de ácido sulfúrico a través de la ventanilla del conductor del coche en el que iban las dos mujeres, todo ello por orden del procesado principal.
Durante su informe, el ministerio público ha explicado que José Arcadio D.N. cometió los hechos con la finalidad de atentar contra la vida de su expareja y todo ello causándole "el dolor más extremo y con expreso desprecio a su género femenino" y con el fin de la "humillación, dominación y subordinación".
Por ello ha considerado que el intento de asesinato fue cometido con alevosía, ensañamiento y el agravante de parentesco y género, además de mantener que hubo maltrato, amenazas y acoso porque "estaba obsesionado con ella desde que rompió la relación".
Turno de última palabra
En el turno de la última palabra, el Melillero ha asegurado que lo sentía por las víctimas y ha mantenido que el agresor fue el Poti: "yo en ningún momento las he agredido, el agresor es Poti, cien por cien", ha insistido.
El resto de acusados también han mantenido su inocencia y han negado pertenecer a una organización criminal, a la vez que han destacado que si hubieran sabido que el Melillero quería atentar contra su expareja lo hubieran impedido.
El ataque se produjo el 12 de enero de 2021 cuando el Melillero y otro procesado, conocido como el Poti, tras un plan preconcebido (tanto en la ejecución como en la evasión posterior) y de acuerdo con los otros procesados, cometieron la agresión cuando la víctima iba conduciendo su vehículo con una amiga de copiloto.
El Melillero ordenó que el Poti arrojara el ácido a las mujeres "para atentar contra sus vidas", lo que hizo a través de la ventanilla del conductor que la expareja llevaba semiabierta.
En este apartado, una de las acusaciones particulares discrepa, ya que considera que el Poti abrió el tarro de ácido pero que lo arrojó el Melillero, aunque ha precisado que ello no afecta a la pena ni al delito que ha pedido.
El fiscal pide que el Poti, la persona que presuntamente arrojó el ácido, sea condenado a una pena total de 38 años y cuatro meses por dos delitos de asesinato en grado de tentativa, organización criminal y amenazas graves.
Secuelas para toda la vida
Las dos jóvenes sufrieron lesiones graves y tuvieron que ser trasladadas urgentemente a un hospital para salvar sus vidas.
La expareja del Melillero y su amiga sufrieron profundas quemaduras en el 45 y el 25 por ciento del cuerpo, respectivamente; la primera de ellas ha precisado doce intervenciones quirúrgicas y ambas sufren numerosas secuelas.
Durante su relato acusatorio el fiscal ha mantenido que el Melillero pertenece a una organización criminal dedicada principalmente al tráfico de drogas y que él actuaba como jefe y los demás procesados cumplían sus órdenes.
Todas las defensas discrepan con el relato del fiscal y acusaciones particulares y el abogado del Melillero, Marcos García Montes, ha criticado que la presunción de inocencia de su cliente no se ha tenido en cuenta y que ha sido un juicio de presunción de culpabilidad.
El letrado ha diferenciado el ánimo de lesionar con el de matar y ha recalcado que ningún médico forense ha podido probar que las dos jóvenes pudieran fallecer por el ácido sulfúrico, aunque ha reconocido que el hecho "es miserable y deleznable".
Respecto al resto de defensas todas han mantenido la inocencia de sus clientes, han asegurado que no hay pruebas de cargo contra ellos y han negado que pertenecieran a una organización criminal
El Melillero además de pertenecer, según el fiscal, a dicha organización criminal, tiene numerosos antecedentes penales con sentencias firmes por robo, lesiones, contra la seguridad vial, hurto, conducción temeraria e incluso ya fue condenado por un delito de malos tratos en el ámbito familiar contra otra expareja