Juan Pedro es un vecino de Parla que trabaja como conductor de autobús, tiene una hija pequeña "de 2 años y 10 meses" y un piso en el citado municipio. Un piso que, para su desgracia, está inquiokupado desde hace casi dos años. Esta situación ha provocado que él y su familia se hayan tenido que ir a vivir fuera de Madrid, donde el precio de la vivienda es más barato.
En conversación telefónica con Madrid Total, Juan Pedro explica que en febrero de 2020 decidió alquilar su piso a una familia: "Era un matrimonio marroquí de años 60 con varios hijos y, aunque podría haber pedido algo más de dinero, decidí dejarles el piso por un poco más de 400 euros. Una de las razones por las que decidí alquilarles el piso a ellos era, por supuesto, para cubrir gastos con el alquiler, pero también para que me lo cuidaran".
Desde el primer momento, empezaron "pagando mal". Juan Pedro cuenta que "todos los meses" les llamaba para pedirles el dinero del alquiler, pero, tras insistir "varias veces" terminaba recibiendo el dinero.
Todo cambió cuando la mujer de Juan Pedro se quedó embaraza en el año 2022: "Me reuní con ellos en marzo y les dije que tenían que dejar el piso en el plazo de un año, cuando terminara el contrato, en concreto, el 7 de febrero de 2023. Lo necesitábamos mi mujer y yo porque iba a nacer nuestra hija. En diciembre de 2022, les mandé un burofax formalizando la finalización del contrato".
Los inquilinos no recibieron esta noticia con mucho agrado. A los pocos días, llamaron a Juan Pedro y le dijeron que "gracias a una nueva ley" podían "declararse vulnerables y estar hasta 11 años sin pagar el alquiler del piso".
Fue en diciembre de 2022 cuando los inquilinos dejaron de pagar y Juan Pedro jamás volvió a recibir un solo euro del alquiler. En unas semanas se cumplirán 24 meses desde que comenzó esta situación que, tal y como él explica, no se sabe "cuando acabará".
"El 12 de enero de 2024, a las 12.00 horas, se iba a producir el desahucio. Yo estaba allí con mi abogado, pero nos llamaron y nos dijeron que no se podía hacer, porque los inquilinos se habían declarado vulnerables, por lo que nos tuvimos que ir. Por mi situación personal, mi abogado también me declaró vulnerable, pero lo cierto es que, aunque los Servicios Sociales de Parla y la Concejalía de Vivienda tienen mis informes, mi caso está totalmente parado", cuenta.
Juan Pedro explica que existen "dos tipos de vulnerabilidad" y sus inquiokupas "tienen las dos": "Una de ellas económica, por no tener unos ingresos mínimos y la otra está relacionada con tener alguna enfermedad y sta última le afecta a la mujer del matrimonio".
El piso inquiokupado es la única vivienda que tiene Juan Pedro. Por eso, ahora se han tenido que ir a vivir a un pueblo de Toledo, pero "durante muchos meses", él y su mujer tuvieron que vivir en casa de sus padres.
"Nos fuimos a un pueblo de Toledo porque fue lo más barato que encontramos. La situación es muy dura, porque yo he intentado hablar con ellos para trasmitirles mi situación y me dijeron que les buscara yo un piso. Para que veas como son las cosas, me vi buscándoles piso a mis propios inquiokupas", narra Juan Pedro.
Como no puede ser de otro modo, ante una situación así, la salud mental de Juan Pedro se ha deteriorado: "Desde que empezó todo mis niveles de ansiedad han subido, también he llegado a tener ataques de ansiedad por esta situación".
Este vecino de Parla concluye la conversación expresando que está "harto" de sentir que se "choca contra un muro" cada vez que quiere dar un paso para resolver la situación. Además, lamenta que no ve "una solución a medio o largo plazo" y se queja de que parece que, a veces, las leyes amparan "a estos inquiokupas".