Por 60.000 euros. La muerte de Amelia, Pepe y Ángeles en Morata de Tajuña puede tener un precio y es la deuda que parece que habían contraído con el pakistaní detenido que ha confesado el crimen este mismo lunes.
El hombre, de 43 años y que ahora mismo residía en Arganda del Rey, vivió un tiempo en casa de los hermanos Gutiérrez Ayuso tras alquilarles una habitación. De puertas para afuera, tuvo en una estancia discreta en Morata.
De hecho, algunos vecinos lo recuerdan yendo con Amelia a la compra y esperándola en la puerta sin hablar mucho con el resto de clientes. Su nombre es Dilawar Hussain.
Sin embargo, en el interior de la vivienda de los tres hermanos se gestaba una relación entre ellos que ha acabado con la muerte de los Gutiérrez Ayuso y con Dilawar, detenido tras confesar el crimen.
Según ha confirmado un amigo de la familia, el pakistaní le prestó a Amelia y Ángeles "unos 60.000 euros" para que ellas se lo enviaran a su supuesto novio estadounidense en Afganistán, como venían haciendo desde hacía años.
De hecho, algunas versiones que circulan por Morata de Tajuña aseguran que las dos hermanas incluso llegaron a robarle dinero en efectivo a Dilawar que acabó marchándose de su casa pero no de sus vidas pues les reclamaba cada vez con más agresividad su deuda.
Un amigo de la familia asegura que el pakistaní, ahora detenido en las dependencias de la Guardia Civil de Rivas-Vaciamadrid, regresó en el mes de febrero y se enfrentó a Amelia, amenazándola y hasta dándole con un martillazo en la cabeza.
Madrid Total ha comprobado que las hermanas Gutiérrez Ayuso sí denunciaron la agresión y que se celebró un juicio en Alcalá de Henares pero el hombre aceptó una pena de dos años y no entró en prisión.
La víctima no se opuso a que el pakistaní no entrara en prisión aunque sí se estableció una orden de alejamiento de 500 metros.
Estafadas
La razón por la que estas hermanas estaban arruinadas es porque llevaban años siendo víctimas de una estafa del amor. Las mujeres estuvieron entre siete y ocho años enviando dinero a un supuesto militar estadounidense destinado en Afganistán con quien habían iniciado una falsa relación a distancia.
El tipo en cuestión se hacía llamar Edward y aseguró que un compañero se había enamorado de Ángeles, la mayor de las dos hermanas. Así pues, ambas hermanas creyeron estar viviendo el idilio de un amor a distancia con dos militares estadounidenses.
Los estafadores las convencieron de que para hacerles llegar ese dinero debían pagar una serie de servicios, traslados y viajes. Así, llegaron a estafarles "entre 300.000 y 400.000 euros", según explicó Enrique, un amigo de la familia.