Hace cinco años, Madrid quedó conmocionada tras aparecer el torso de una mujer dentro de una maleta en una nave industrial de Usera. En agosto de 2018, la joven hondureña Heidy Paz fue asesinada por César Román, conocido como el rey del cachopo, con quien mantenía una relación emocional. Román era dueño de la nave donde aparecieron sus restos de la mujer que pretendía distanciarse de él.
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La Policía detuvo al conocido como rey del cachopo tres meses después en Zaragoza, donde se ocultaba bajo una falsa identidad.
Tras un lustro de espera y gracias a las gestiones realizadas por el Consulado de Honduras en Madrid, la familia de Heidy Paz podrá recoger finalmente sus restos. La entrega se realizará en el edificio del Instituto de Medicina Legal, ubicado en el madrileño barrio de Valdebebas.
Este cierre final a la espera de los familiares de la víctima llega después de que, en enero de este mismo año, la Audiencia Provincial de Madrid autorizase la repatriación de parte del cuerpo a su país de origen. Esta decisión judicial que fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
La petición de devolución de los restos se solicitó por el abogado de la familia, Alexis Socias, una vez que la condena a 15 años de cárcel impuesta a César Román alcanzó firmeza con la sentencia del Tribunal Supremo.
No obstante, no se pudo satisfacer hasta ahora, ya que la abogada del condenado se negó entonces a la entrega del cuerpo. La negativa de la defensa se basaba en que los restos cadavéricos debían permanecer donde estaban, puesto que podían ser útiles para una defensa efectiva.
En diciembre de 2022, el Supremo confirmó la condena al rey del cachopo y avaló el informe de ADN, impugnado por la defensa del empresario, que acreditaba que el ADN del torso hallado en una de sus naves correspondía al de Heidy Paz. De esta forma, la negativa de la abogada a devolver los restos de la víctima perdió todo su peso.
Condena con agravantes
En el juicio, los nueve miembros del jurado declararon probado que el torso hallado en la nave alquilada en el distrito de Usera por el condenado era el de Heidy Paz. La decisión unánime de los magistrados se basó en que el ADN mitocondrial de la víctima coincidía con el perfil genético de su madre en un 99,999%.
También dieron por probado que en el momento del crimen Paz mantenía una relación sentimental con Román, lo que agravó la pena. Además, también se determinó que César Román era una persona celosa y posesiva, lo que suponía un agravante de razón de género.
De igual modo, dieron por probado que, la noche del crimen, la víctima acudió al piso de López Grass para asistir a un cumpleaños con unos amigos. Ahí fue donde César acabó con su vida debido a que la mujer quería distanciarse de él.