El Día de la Marmota es una tradición estadounidense en la que los granjeros observan el comportamiento de este animal para saber cuánto tiempo más durará el invierno, y lo que tardará en llegar la primavera. En España no tenemos esta costumbre. El nombre de este día nos sirve para referirnos a la tediosa y constante repetición de un suceso que no cambia. Así es cómo están los vecinos que viven alrededor del edificio del número 12 de la Avenida Albufera, junto a la boca de Metro de Puente de Vallecas.
El inmueble ha sufrido incendios, el último de ellos, en mayo. También han tenido lugar demoliciones y okupaciones desde que este edificio quedó desalojado en verano de 2022 por el colapso de una de las paredes. A partir de este momento, este inmueble, o lo que queda de él, se ha convertido en residencia habitual de personas sin hogar.
Estos 'inquilinos' han sido desalojados en más de una ocasión. De hecho, varias veces se ha precintado la parcela para impedirles el acceso, pero ha servido de poco. Pasados unos días, los indigentes vuelven a entrar y a asentarse entre las ruinas insalubres de Albufera 12. "A los dos días otra vez vuelven a entrar, son siete u ocho personas", cuenta Víctor, que trabaja en una óptica cercana.
La basura que se acumula en su interior y en los alrededores hace que aumente el riesgo de que se vuelvan a producir incendios en épocas de sol y altas temperaturas. Además, según los vecinos, los okupas y los indigentes que viven en Albufera 12 corren el riesgo de que el edificio se les venga encima, puesto que se trata de una construcción ruinosa.
Un problema que no solo afecta a los 'inquilinos', sino que también ha perjudicado la convivencia del barrio. Mientras algunos comercios no han sufrido ningún problema ni altercado, otros denuncian intentos de robo a plena luz del día por parte de los 'sin techo'. Víctor, que afirma que han intentado robar gafas de su óptica, también añade que "a veces encuentro basura o cristales rotos en frente del negocio cuando abro por la mañana".
"Peligro para los transeúntes"
En verano de 2022, el edificio fue desalojado por riesgo de derrumbamiento. El Ayuntamiento demolió la parte exterior del edificio, que era la más dañada y "suponía un peligro para los transeúntes", como explica Olga, miembro de la Asociación de Vecinos del Casco Viejo de Vallecas.
Sin embargo, otra parte interior del edificio se dejó en manos de los dueños, que debían demolerlo y dejar vallado todo el recinto. A día de hoy, esta parte de la construcción sigue en pie, pero la basura 'se come' las ruinas.
La asociación vecinal sospecha que los propietarios están esperando a que los restos del edificio terminen de desplomarse o que el Ayuntamiento lo destruya. Según Olga, la "dejación" de los dueños y del Ayuntamiento ha desembocado en un bucle al que nadie está dando solución. También acusa al Consistorio de "falta de diligencia y contundencia".
Y es que parece que una extraña maldición persigue a este edificio. Hace más de un siglo, en esta misma parcela, un incendio arrasó en pocas horas las construcciones que se ubicaban en el número 12 de la Avenida Albufera, cuando entonces se la conocía como la Avenida Valencia. Después de esta catástrofe, se reconstruyó el edificio imitando su estilo previo y propio de la época: residencias en el primer piso y negocios a pie de calle, según recuerda Somos Madrid. De esta forma, la vida en el edificio volvió a su curso hasta el verano pasado.
El futuro, un bloque de 6 plantas
Poco después de la demolición de 2022, que se constituyó expresamente para esta parcela, la cooperativa de viviendas Albufera 12 presentó un proyecto junto al arquitecto Carlos Nieto Gómez para la edificación de un nuevo edificio de seis pisos de altura. Según un documento al que ha tenido acceso el citado digital, el proyecto consta de 22 viviendas unifamiliares y 42 plazas de garaje en dos niveles subterráneos. Además, los futuros residentes también contarían con trastero y piscina.
Este plan de edificación cuenta con la aprobación del Ayuntamiento desde finales del año pasado. No obstante, algunos vecinos consideran que el proyecto no encaja con el resto de construcciones del barrio, lo que supone un nuevo problema para el inmueble.
Un plan que, de salir adelante, podría terminar de una vez por todas con la maldición que pesa sobre este inmueble ubicado en Albufera 12 para que se produzca, de una vez por todas, la restauración que necesita desde hace años.