Rebelión vecinal en Legazpi contra una promotora que pone pisos de lujo en bajos: "Pretenden tirar la fachada"
Una comunidad de vecinos acusa a una empresa de querer "tirar" un muro "común" de su edificio. La promotora: "No hacemos nada que no sea legal".
29 junio, 2023 03:18A simple vista, el edificio de pisos del 256-262 de la calle de Embajadores no llama la atención. Forma un bloque en forma de 'U' con decenas viviendas de ladrillo oscuro. Sus vecinos tienen a tiro de piedra un supermercado de Mercadona, una parroquia y el Parque Tierno Galván. "Es una zona segura, al lado de Madrid Río. Tranquila". Lo dice José Luis Castellano, el presidente de la comunidad de propietarios. En el interior del bloque, sin embargo, están preocupados e indignados. Hace meses que los residentes pelean contra la empresa que ha construido varios pisos de lujo en los bajos del edificio y que, según denuncian, "pretende tirar" una fachada del edificio: "No vamos a permitir que venga a vacilarnos".
Este bloque de pisos fue construido por La Fama Industrial en 2006. La urbanización cuenta con cuatro portales y más de 170 propietarios. En los bajos también se instalaron varios negocios, como una ferretería, una escuela de idiomas, una autoescuela... Dos de los locales comerciales que están a pie de calle, en cambio, nunca se ocuparon. La promotora High Yield Investments puso el ojo en los dos locales, los compró y comenzó a rehabilitarlos.
Hace unos meses, los vecinos detectaron que los locales estaban sufriendo obras. Castellano, abogado de profesión, se puso a investigar y preguntó. "Me dicen que lo ha comprado una empresa para hacer pisos turísticos. Se están poniendo muchos por la zona", recuerda. Aunque la compañía siempre ha negado la mayor. "No estamos haciendo apartamentos turísticos. Los venderemos como vivienda", asegura el director general de la compañía a este diario.
'Pelea' por la fachada
Castellano se queja de que "nadie" ha informado a los vecinos durante el proceso. Pero el rechazo vecinal va más allá. El conflicto se ha desatado, sobre todo, por el local que High Yield está reformando en el número 262 del bloque. Una de las dos fachadas de este espacio es, según este abogado, propiedad de la comunidad.
Hasta ahora, los vecinos han impedido que los operarios culminen las reformas en el muro. De hecho, cuando los obreros se han presentado, el vecindario se ha puesto delante de la pared y ha avisado a la Policía Municipal para que se persone y dé parte. Aún así, según el presidente de la comunidad de propietarios, los operarios llegaron a abrir "agujeros" en uno de los intentos y que después se taparon con puertas de chapa.
El presidente del bloque sostiene que la promotora no puede "apropiarse" de las superficies comunes. "Pretendemos que nos dejen tranquilos, que no nos metan okupas allí y, sobre todo, que no se destroce la fachada poniendo en peligro la seguridad de las viviendas".
El responsable de High Yield se ampara en los Estatutos de la comunidad para defender las obras en esta pared: "En los Estatutos pone que el propietario de los locales comerciales podrá abrir cuantos huecos considere oportunos en la fachada de sus locales". Y, a su vez, denuncia que los vecinos llegaron a montar una "barricada" para frenar a los obreros.
Reacción vecinal y burofaxes "amenazadores"
El conflicto entre los propietarios y la promotora comenzó el pasado invierno. Una vez que en la urbanización se cercioraron de que una empresa había comprado los locales comerciales para rehabilitarlos, se pusieron en marcha. Desde el principio sospecharon que la compañía quería convertir los locales en apartamentos turísticos, por mucho que la promotora lo negase.
Por ello, el 16 de febrero celebraron una junta de propietarios con "asistencia masiva" en la que se nombró a Castellano presidente y se aprobó una modificación de los Estatutos para prohibir la instalación de pisos turísticos y limitar la segregación. El cambio en el reglamento comunitario no entró en vigor hasta 26 de abril. De esta forma, según sus palabras, lograron "bloquear" el "negocio" de los pisos turísticos.
El vecino y abogado asegura que la compañía mandó a la comunidad de propietarios burofaxes "amenazadores" donde se quejaba de los "retrasos millonarios" que estaban causando los residentes con su rechazo. Castellano interpuso también dos instancias ante el Ayuntamiento de Madrid.
"Tenemos licencia"
Castellano cree que sí la compañía se hubiera acercado a los propietarios del bloque con otra actitud quizá el proceso hubiera sido distinto. Con la modificación del Estatuto en vigor, la gran preocupación de la comunidad ha sido la reforma de la fachada "común".
Como es de esperar, las versiones que dan las dos partes chocan en varios puntos. La teoría de Castellano es que desde High Yield "pretenden acabar sus obras", "tirar nuestra fachada" y "vender (aunque sea más barato) los locales y que se pelee con la comunidad de vecinos el siguiente".
Sostiene que, tras la modificación estatutaria, la promotora sólo puede vender los espacios como locales comerciales y no como pisos residenciales. Sin embargo, la firma sí que cuenta en su poder con dos declaraciones responsables de la Agencia de Actividades municipal que certifican el cambio de uso del 260 y 262 a residencial. "Tenemos licencia. Se han convertido en viviendas y no en apartamentos turísticos" (...) No hacemos nada que no sea legal", argumenta la promotora.
El objetivo de High Yield es terminar las obras en septiembre. Cada local lo han segregado en tres viviendas de "lujo". Los trabajos de rehabilitación y reforma ya están muy avanzados. De hecho, uno de los pisos se vende en Idealista por 260.000 euros. La inmobiliaria que comercializa el inmueble, Velzia Luxury, también la administrada el director de High Yield.
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En ambas declaraciones responsables se habla de "realización de obras de acondicionamiento puntual y exteriores". Castellano insiste en que la documentación que posee la promotora no le permite "apropiarse de las superficies comunes del edificio afectado". También considera que el anuncio en Idealista es "fraudulento" porque "no se puede vender como piso".
Este mismo miércoles se producía frente a la fachada del 262 de la calle Embajadores el último episodio de la disputa entre los propietarios y la promotora. El presidente de la comunidad de vecinos reconoce que el asunto que "no pinta bien" y critica a las administraciones por "mirar para otro lado". En el vecindario, añade, hay "preocupación por el futuro e indignación por cómo se está gestionando esto por parte de la empresa" y al ver que el Ayuntamiento "no" ayuda. Aunque Castellano avisa: "También hay ganas de resistir y llegar hasta donde sea necesario".