¿Se derrite el negocio de la nieve en Madrid?: "Las estaciones están condenadas al cierre"

Para llegar al Puerto de Navacerrada desde el centro de Madrid se deben recorrer unos 60 kilómetros por carretera. Ahí nació, a finales de los 40, la estación de esquí de Navacerrada.

Ya entonces existía una gran demanda de los madrileños por la nieve. Florecieron hoteles, restaurantes y negocios del esquí. También otras dos estaciones: Valcotos -cerrada en 1998- y Valdesquí, que continúa su actividad.

De la 'era' dorada a los problemas

La estación de Valcotos nació en 1969. "Se creó en una ladera solana -orientada hacia el sol-, fue una chapuza y no funcionó nunca", explica a Madrid Total el escritor y naturalista Julio Vías. La Comunidad de Madrid, entonces presidida por Alberto Ruiz-Gallardón, expropió la finca en 1998 y empezó a desmantelar la pista en 1999. 

La de la pionera estación de Navacerrada, sin embargo, es una historia de altibajos. Vivió su etapa dorada entre los años 50 y principios de los 70, cuando monopolizaba casi en exclusiva el esquí madrileño.

Hubo varios obstáculos que se interpusieron en su camino, según Vías. Una gran cantidad de administraciones estuvieron implicadas en su desarrollo -las pistas se extienden por la Comunidad de Madrid y por Castilla y León-. Apareció la competencia en Valcotos y Valdesquí y, además, la mejora de las conexiones por carretera y ferrocarril facilitó los viajes a otras estaciones en Pirineos o Sierra Nevada. 

En 2007, Gonzalo García San Miguel, actual presidente de la estación de esquí, y un grupo de socios compraron el complejo del Puerto de Navacerrada tras la decisión del Gobierno de la Comunidad de Madrid de reprivatizarlo. En conversación con este diario, García asegura que la estación es un negocio "rentable", con unos 35 empleos directos, que no recibe subvenciones y que atraviesa una temporada "excepcional". 

Varias personas van en un remonte en el Puerto de Navacerrada el 29 de enero. Rafael Bastante Europa Press

Según el responsable, la estación abre de media 90 días al año y esta temporada también será así. Las pistas del complejo de Navacerrada de la vertiente segoviana funcionan desde hace años gracias a un sistema de cañones de nieve: "En nuestro caso, mientras las temperaturas sean bajas, los sistemas de cañones sustituyen perfectamente a las nevadas". Según Vías, si no llega a disponer de los cañones de nieve, "la estación no funcionaría".  

El futuro de esta estación también depende de un litigio que mantienen desde 2021 la Administración General del Estado y la Junta de Castilla y León sobre tres de sus pistas: El Bosque, El Telégrafo y El Escaparate, las tres en la falda segoviana. Si llegaran a desmantelarse por motivos ambientales, como quiere el organismo estatal Parques Naturales, la estación podría verse obligada a desaparecer. Pero todavía no hay decisión en los tribunales. 

Valdesquí, la mejor ubicada

Como la de Navacerrada, la estación de Valdesquí también defiende que es un negocio "rentable" y que no recibe subvenciones. Se inauguró en 1972. Cuenta con una buena orientación para recibir nieve. Además del esquí, tiene actividad durante todo el año como estación de montaña. 

Este año, la estación abrió a finales de enero. Debido al buen tiempo previsto para estos días y ante la falta de precipitaciones, las pistas cerraron el martes de forma temporal, aunque abrirán próximamente cuando caigan nuevas nevadas. Estos cierres temporales, según indican fuentes de Valdesquí, ya se han dado en temporadas anteriores. 

"La valoración de la temporada se hace en mayo, como en todas las estaciones de la Península Ibérica", indican desde la empresa gestora, que asegura que el año pasado fue la última estación del sur de Europa en cerrar. 

Para Julio Vías, si tenemos en cuenta solo la evolución de las temperaturas, las estaciones madrileñas "están condenadas al cierre". No cree que puedan ser "rentables económicamente" a no ser que reciban ayuda. Eso sí, insiste en que el alza de las temperaturas golpeará en general al sector del esquí europeo. 

Los meteorólogos hablan 

Juan Antonio Fernández Cañada, del observatorio de Navacerrada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), explica que, en las últimas dos décadas, la tendencia de la acumulación de nieve en esta zona "es a la baja". "Desde el invierno de 2017 y 2018 todos los años han sido escasos de nieve", detalla. 

Esta temporada tampoco está siendo buena. Este año, explica Fernández, se han registrado temperaturas frías, pero han escaseado las precipitaciones de nieve. 

En este sentido, el meteorólogo Jonathan Gómez Cantero, especializado en riesgos y cambio climático, aseguró hace dos años a El Independiente que los datos "muestran claramente" que las temperaturas han subido en Navacerrada. Si la temperatura media anual para el período 1971-2000 era de 6.4 ºC", (...) en "el período 1989-2018, se observa cómo dicha media ya está en 7.2 ºC". 

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Para Gómez Cantero, lo de Navacerrada es un "ejemplo de lo que pasará en otras muchas zonas de España": "La temperatura no ha dejado de subir en las últimas décadas, y eso está haciendo, no solo que nieve menos, que también, sino que la nieve dure mucho menos; es decir, se están acortando las duraciones de nieve natural en el suelo. Las temperaturas altas llegan mucho antes y, por lo tanto, la nieve se va. Como ejemplo podemos decir que las temperaturas máximas, la media, han aumentado a más de medio grado por década".

Navacerrada, con menos margen

José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, añade además que el aumento de las temperaturas hará que las nevadas se registren cada vez en cotas más altas y que en las cotas más bajas caigan en forma de lluvia. También destaca que el alza de los termómetros complicará en cotas bajas el uso de los cañones de nieve, que funcionan mejor cuanto más frío hace. 

"Una estación grande, en los Alpes o en los Pirineos, tiene más margen de maniobra para explotar el negocio de la nieve", sostiene Viñas. "En las estaciones como Navacerrada la rentabilidad será más complicada". En concreto, cree que en 20 o 30 años será difícil que las estaciones pequeñas soporten las subidas de la cota de nieve y el descenso de las grandes nevadas.