Uno de los espectáculos naturales más bonitos es la lluvia de estrellas que se puede observar cada año en el mes de agosto. Las lágrimas de San Lorenzo y las Perseidas son los fenómenos más conocidos que se podrán ver en unos días en el cielo de Madrid.
Aunque, como preludio, este martes por la noche también habrá un acontecimiento similar que se podrá ver desde la comunidad. Se trata de las Delta Acuáridas. Cada año se puede asistir a su exhibición luminosa y mágica en el cielo desde mediados de julio y hasta finales de agosto, aunque durante los días de mayor visibilidad son entre el 30 y 31 de julio.
Según el Observatorio Astronómico Nacional del Instituto Geográfico Nacional (IGN), aunque su pico se puede disfrutar muy bien en el hemisferio norte, este evento astronómico se puede observar mejor desde el hemisferio sur.
Para una observación óptima, el IGN recomienda dirigir la mirada hacia las áreas más oscuras, evitando la luz de la Luna. En un espacio alejado de la contaminación lumínica de las ciudades es más fácil apreciar las estrellas. Las condiciones idóneas, por tanto, se dan en una noche despejada.
El punto ideal para observarlas se encuentra a unos 45 grados de la constelación de Acuario, según la NASA. Además, a través del mapa interactivo de su página web, se puede seleccionar la lluvia de estrellas que se prefiera y optar por visualizarla desde la Tierra o desde el Sistema Solar.
Las Delta Acuáridas
Una lluvia de estrellas se produce cuando la órbita de la Tierra cruza la estela de restos de un cometa y estos se incendian y se convierten en estrellas fugaces al entrar en nuestra atmósfera atraídas por la gravedad terrestre.
La Tierra, en su recorrido anual, cruza este -llamado tubo meteórico- desde mediados de julio hasta finales de agosto. Siempre ocurre en la misma época del año, por esa razón las Delta Acuáridas son visibles en el mismo periodo. El pico de esta lluvia se da alrededor del 31 de julio, por ser el momento en el que el planeta terrestre atraviesa la sección más densa.
Estos meteoros, en concreto, tienen su radiante en la estrella Delta, en la constelación de Acuario. De ahí proviene su nombre.
Es un fenómeno que se caracteriza por una actividad moderada, generando aproximadamente unos 25 meteoros por hora bajo condiciones óptimas de observación, según informa el IGN. Caen a una velocidad de 41 km/hora. Esta, ocurrida en verano, es la quinta del año en cuanto a intensidad.
En específico, esta comparte varias características con otras similares, incluida su relación con un cometa progenitor. Los expertos piensan que en este caso el responsable es el catalogado como cometa 96P/Machholz.
Este cometa fue descubierto en 1986 por el astrónomo Donald Machholz y presenta varias peculiaridades: su órbita es notablemente excéntrica, por lo que completa su trayectoria en algo más de cinco años. Su composición química y su elevada inclinación orbital también destacan la rareza de este cuerpo celeste. Algunos científicos consideran la posibilidad de que tenga un origen extrasolar.