Sandra, José Manuel y Natacha cumplen 25 años como pioneros del sushi en Madrid. En 1999 crearon Sushita, en un principio, sólo para elaborar y repartir bandejas de sushi y platos de comida japonesa.
El éxito fue tal que cada día preparan unas 5.000 bandejas y fundaron un auténtico 'imperio del sushi' que se extendió a 720 puntos de venta en España, Portugal, Italia, Francia, Grecia o República Dominicana; además de ocho restaurantes en la capital que son símbolos del buen comer y de la buena decoración, hasta el punto de vender su propia vajilla, la marca Eugenia Sushita, tras la alta demanda de los comensales.
Sushita ha celebrado su aniversario abriendo su octavo local, Sushita Cabana. Lo hace en una ubicación muy especial para Natacha Apolinario y Sandra y José Manuel Segimón: "Abrimos en Aravaca. Teníamos muchas ganas porque es nuestra casa. Nos hemos criado aquí", afirma José Manuel.
Hace aproximadamente un mes, abrieron sus puertas en la avenida de Valdemarín para convertirse en el restaurante insignia del barrio de la 'jet set' madrileña. Es un local con el ADN de Sushita: amplio, luminoso, adornado con piezas únicas y un diseño exquisito.
El salón destaca gracias a una imponente chimenea de mármol rojo proveniente del Mercado de Las Pulgas de París. El ambiente está adornado con dos grandes jarrones de bambú italiano de los años 70, adquiridos en la reconocida tienda de antigüedades Slou, lámparas de bambú importadas de Italia y exquisitos jarrones procedentes de Siena.
A su vez, destaca un impresionante mural pintado a mano por la famosa muralista Johina García y su exclusivo espacio privado que recrea una lujosa jaima de lino. Sushita Cabana cuenta con un espacio dedicado a la exposición y venta de las piezas más destacadas de vajillas y complementos de Eugenia & Sushita.
Para crear la variada oferta de cocina fusión japonesa, el equipo de chefs junto a Sandra, José Manuel y Natacha emprendieron un extenso viaje a Hong Kong y otras regiones de China, donde se inspiraron en los sabores y técnicas culinarias de la cocina cantonesa y del sudeste asiático. "El 40% de los platos son nuevos y nos hemos inspirado en nuestros viajes", informa Iván del Cerro, el chef ejecutivo junto a Armando Justo, mientras presenta una gran variedad de innovadores y deliciosos platos.
Entre los platos más destacados se encuentran el bao de Wagyu con huevo de codorniz y salsa teriyaki, la tosta artesanal de hamachi y aguacate, el innovador falso nigiri con atún sobre un crujiente inflado y una emulsión en su interior, y el refrescante carpaccio de pez limón con ricota y cítricos. Además, muchos de los alimentos de Sushita son saludables, como el agua alcalina, el salmón noruego libre de hormonas y antibióticos, así como verduras frescas de proximidad.
Los cócteles son tragos tan originales como ginger Paloma (tequila, zumo de pomelo, zumo de lima, sirope de jengibre y soda) y pisco Lychee sour (pisco, sirope de lychee, zumo de lima y clara de huevo); además de los clásicos como Dry Martini o Margarita.
Una vez más, cada detalle del nuevo restaurante está cuidadosamente seleccionado y elegido para que la experiencia sea irrepetible. Un Sushita inaugurado con especial cariño por haber llegado tan lejos, ya que significa 25 años a la vanguardia del sushi, y por estar en el querido barrio madrileño en el que se han crecido sus fundadores.