Morata celebra su famosa Pasión sin poder dedicársela a los hermanos asesinados: "Siguen en la morgue"
Al atardecer, el silencio reina en este municipio y más de 15.000 personas se reúnen para vivir una de las pasiones más importantes de Madrid.
28 marzo, 2024 02:26Ni una tos, ni un móvil, ni un ruido. Al caer el sol cada Jueves Santo, el silencio reina en el pueblo de Morata y miles de personas se reúnen con la emoción contenida, lágrimas en los ojos y la piel erizada para presenciar los últimos momentos de la vida de Cristo en la Pasión de Morata de Tajuña, una de las más importantes de Madrid.
Más de 15.000 visitantes se acercan a este municipio de 8.300 habitantes del sureste de la región para acompañar a Cristo y a sus apóstoles, y para adentrarse en un pueblo que se transforma en Jerusalén.
La Pasión de Morata de Tajuña es la única con la Bendición Apostólica de Juan II para todos los que acuden a contemplarla y para los más de 300 intervinientes en la representación. Además, es Bien de Interés Turístico Regional.
La Pasión de este año la viven con un sentimiento especial, ya que ha sido particularmente duro para los morateños. Por un lado, han perdido inesperadamente a dos personajes muy implicados, a los que le dedican esta escenificación cristiana. Se trata de Javier Pascual, que hacía de Pilatos, y de Miguel de las Eras, Santiago apóstol.
Por otro lado, por un tema sensible y delicado por el impacto y dolor que ha causado en el pueblo. A finales de enero se conoció el triple asesinato de los hermanos Gutiérrez Ayuso, vecinos conocidos por todos, que fueron víctimas de una estafa amorosa que los había arruinado. "A ellos no se la hemos podido dedicar porque siguen en la morgue. No están enterrados", lamenta Fernando Villalaín, alcalde de Morata y director de la Pasión.
Al caer la tarde del Jueves Santo, todo Morata de Tajuña cambia el ruido del día a día por un silencio respetuoso y excitante. La profesora del pueblo se transforma en la Verónica; el basurero, en San Pedro; el transportista, en Centurión... y se implican hasta 500 vecinos en recrear este acto religioso que limpia de todo pecado al que la viva.
"Es la única Pasión que tiene banda sonora propia, la hicimos hace más de treinta años con canciones de Mozart... , y la única que tiene dulces propios, pasioncitos y tentaciones", explica el alcalde Villalaín, que lleva desde los inicios, 1987. "Empecé siendo Marco, me cortaron la oreja durante 6 años, hasta que acabé siendo directo y coordinador de la Pasión", su cargo actual.
Para los vecinos es mucho más de una simple escenificación. "Es mucha emoción porque lo haces con todo el amor del mundo. Cuando Cristo cae a tus pies y te mira con esa carita me empiezo a acordar de todas las personas queridas que ya no están", cuenta Maribel Zamorano, que también lleva desde los inicios de la Pasión, 37 años, reencarnando a la Verónica.
Ella empezó con 16 años en el Grupo de Teatro Talía, el encargado en organizar la Pasión. Pasó de hacer papeles de comedia a convertirse en la Verónica, cuando el cura de Morata, con la ayuda de los vecinos de Chinchón —que tienen la pasión más antigua de la Comunidad de Madrid—, animaron a sus vecinos a que se sumaran a que el municipio tuviera la suya propia. "Al principio todo era un juego. Cuando empezamos no nos esperábamos estas dimensiones", dice Maribel.
Ahora, es de más de 3 horas de duración, tiene 3.5 kilómetros de recorrido por todo el municipio, 11 escenarios, y un equipo profesional de sonido y luces. Todo el pueblo se vuelca en este acto por devoción a pesar de los grandes sacrificios que supone. Desde el desembolso económico hasta el compromiso de no irte nunca fuera en las vacaciones de Semana Santa, ya que si consigues un papel —hay mucha demanda— lo encarnas cada año hasta que algún familiar o participante de la Pasión lo herede.
También hay un sacrificio físico. "El que hace de Cristo hace 950 metros cuesta arriba llevando una cruz de 50 kilos y la torta que le da Centurión, que lo tira al suelo, es de verdad. Jorge Velilla —actor de Jesús— al día siguiente está molido", cuenta como curiosidad el alcalde y director de la Pasión de Morata.
Ese día es una auténtica fiesta en Morata. Durante la mañana, realizan la feria de artesanía hebrea, hay conciertos de música procesiona y de órgano, visitas guiadas en los museos del pueblo y hay voluntarios durante todo el día en la plaza informando del recorrido y los diferentes lugares a los que pueden ir los visitantes que han ido al municipio exclusivamente para ver la Pasión.
Asimismo, es el segundo año que se realiza la 'minipasión' el Jueves Santo por la mañana. "Todo el pueblo se implica. También porque desde pequeños vamos al colegio de Morata y a los niños de catequesis, los maquillamos con sangre...", dice alcalde.
Al terminar la función, todo el esfuerzo, los nervios y los rezos para que haga buen tiempo se convierten en satisfacción plena por un trabajo bien hecho entre todos. "¡Qué realismo! Gracias", es lo que le dicen los asistentes que se acercan conmocionados después de cada función a Maribel para darle la enhorabuena. Da igual los años que pasen, ella, al igual que el resto de morateños, se siguen emocionando en cada Pasión.