Se llama Esther Muñoz y vuelve a ser la causante de que en el Mercado de Antón Martín haya largas colas que le dan la vuelta a la manzana para probar sus delicias. En esta ocasión, se trata de fresas y chocolate.
La Fresería es el primer puesto de venta de esta fruta con sirope en Madrid. Ha abierto hace unos días y ya tiene vídeos en sus redes sociales con más de 28 millones de visualizaciones.
La repostera ha cambiado sus tartas de queso, que también las viralizó, por dulces fresones nacionales de temporada (ahora de Segovia y Huelva) bañados en chocolate o Lotus y cubiertos con deliciosos toppinngs como oreo o pistacho.
Fresas con chocolate y topping de pistacho.
"Está en el local exterior del mercado. Queríamos darle una vuelta a nuestro puesto, aunque seguir con algo dulce. Este verano visitamos Londres y en el Borough Market vimos que allí era típico vender fresas con chocolate. Más tarde descubrimos que este concepto es un éxito también en Nueva York", cuenta Esther Muñoz a Madrid Total.
De esta manera, en el puesto que da a la calle de Santa Isabel, 5, Esther ha dejado de vender sus tartas de queso por fresas, pero en los números 8-9-10 de la planta principal del mercado continúa La Caracola.
[El puesto de mercado que tiene la mejor tarta de queso de Madrid y con una hora de cola]
"Estamos bastante contentos. No tiene grandes elaboraciones, pero ya se ha viralizado. Tenemos un grifo de sirope de chocolate caliente que hace que un montón de niños y familias quieran un vasito de fresas", detalla la creadora de La Caracola y La Fresería.
Las largas colas en La Fresería.
Ya sea en vaso grande (6,60 euros) o pequeño (3,50 euros) hasta arriba de fresón, eliges entre la crema de chocolate Belga, de chocolate blanco o de galleta caramelizada Lotus (un euro más por el sirope); añades (a partir de 0,50 céntimos) trocitos de oreo, galleta Lotus o pistacho; y acabas con Peta Zetas de chocolate o nubes con forma de corazón.
Sus inicios
En sus inicios profesionales, Esther era cartógrafa, hasta que acabó en 2008 formándose en repostería, su pasión. Llegó a pasar por la partida de pastelería de Club Allard, cuando alcanzó sus dos estrellas Michelin.
Hace 8 años creó su propio negocio: un pequeño puesto en el mercado de abastos de comida casera para llevar, que desde septiembre del año pasado se empezó a dedicar en exclusiva a hacer tortillas de patata y tartas de queso. Después, abrió un segundo puesto de venta de tartas, todavía más pequeño, que es donde se encuentra ahora La Fresería; además de una tienda de tartas en la plaza de Chueca.
Mostrador de La Fresería.
La chef Esther vuelve a crear un dulce concepto que 'lo peta' en la capital, después de su enorme éxito con sus cremosas tartas de queso.