Todo empezó siendo un juego de la infancia de Lorena Ambrosius (Buenos Aires, 1969) cuando su abuela Sönja, de origen danés, se ponía a enseñarle las recetas de sus exquisitas tartas, entre ellas la red velvet, y su nieta acababa pringada de harina.
Con el tiempo, y motivada por los ánimos de todos los que probaban sus postres, Lorena acabó convirtiendo su pasión, la repostería, en su forma de vida, creando La Tartina, la tienda online de tartas en Alcorcón (www.latartina.com).
Doble corazón de chocolate, tarta de queso estilo La Viña, brownie, roscón, tarta de zanahoria y de piñata con Lacasitos... pero, sin duda, la más vendida y la que vuelve loco a quien la prueba es su tarta red velvet. "Supone un 45% de nuestras ventas. Casi la mitad. Es nuestra tarta estrella porque es esponjosa, suave y estéticamente muy bonita", afirma a Madrid Total Roland Bloomfield, gestor de La Tartina y marido de Lorena.
Fue en 2001 cuando Lorena y Roland se mudaron de Buenos Aires a Madrid con sus tres hijos. En los eventos con amigos, Lorena era siempre la que llevaba el postre, su brownie de chocolate.
Estaba tan delicioso que todos sus conocidos la animaban a que lo comercializara. "Nos vinimos sin nada de Argentina y Lorena le tiene mucho respeto a la profesión. Así que empezó a ganarse la vida acá en España como entrenadora personal mientras terminaba de formarse en hostelería", cuenta Roland.
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Esta repostera, que ya había estudiado cocina en Buenos Aires, continuó en escuelas de repostería como Le Cordon Bleu, le Moulin Chocolat o el Basque Culinary Center; hasta que en 2006 creó su propio obrador en Las Rozas, donde empezó a vender exclusivamente a restaurantes.
Más tarde, se mudó a Alcorcón, en la calle Chapinería, 6. Pasó de tener un obrador de 40 metros cuadrados a uno de 300, desde el que reparten a domicilio sus tartas artesanas sin conservantes ni colorantes. Su calidad queda reflejada en que mantienen en sus reseñas de Google las 5 estrellas por las que le valoran sus clientes.
Pero en la pandemia, hubo un cambio de rumbo. En 2019, en La Tartina, donde acostumbraban a preparar unas 1.400 tartas al mes solo para restaurantes, cayeron sus ventas a cero.
Roland Bloomfield decidió dejar su puesto en una multinacional y unirse a La Tartina. Se propuso digitalizar el negocio de Lorena contratando una empresa de marketing especializada, Bluecell, y profesionalizar el obrador. "Empezamos a ser una tienda de tartas online, certificada con el sello de calidad, que le vende al cliente directo".
Ahora trabajan llevando directamente la tarta a casa del cliente y solo un 20% de sus ventas es a restaurantes de Madrid, como el Café del Rey.
Venden unas 200 tartas a la semana en Madrid capital y las zonas noroeste y sur como Alcorcón, Getafe o Leganés. Sus tartas van desde los 32,50 hasta los 47,50 euros, dependiendo del tamaño.
Lo que empezó siendo un juego infantil, se ha acabado plasmando en tratas de diferentes sabores que se pueden disfrutar solo en Madrid. Pero este juego de cocina no acaba aquí. Lorena continúa la historia enseñando a cocinar a sus tres hijos como legado de la abuela Sönja.