El restaurante que homenaje a la sangría en Madrid: cítricas, dulces, afrutadas, sin alcohol...
Una de las aperturas del año en la calle de Velázquez apuesta por una amplia carta de sangrías que maridan perfectamente con oferta gastronómica.
31 agosto, 2023 08:53Aunque los españoles pensemos que la sangría es algo muy nuestro, muy patrio, esta famosa mezcla de vino, licores y frutas ni siquiera la inventamos nosotros sino que fueron los ingleses los que descubrieron sus bondades en un barco en el siglo XVII camino a las Indias Occidentales.
Lo llamaron "sangaree", es decir, sangre gris, y consistía en una mezcla de vino de Oporto y de Madeira con frutas y azúcar que se transformaba en una especie de ponche que ayudaba en el largo viaje por mar a que los marineros ni tomaran el agua sucia que se acumulaba en los barcos y a que tuvieran más energía por el azúcar en sangre.
Eso sí, los españoles pronto fuimos conocedores del invento y hasta españolizamos el término y la bebida, siendo ahora una de las ofertas más españolas en cualquier bar. El jesuita Esteban Terreros, a finales del siglo XVIII, en su "Diccionario castellano con las voces de ciencias y arte" ya la incluía llamándola "sangría".
Por eso en Terracotta, una de las nuevas aperturas del año en la calle de Velázquez número 80, de lo primero que te hablan, antes incluso de darte la carta de comida, es de sus "sangaree's" o sangrías, que son los cócteles de autor que maridan perfectamente con las ganas de disfrute en un restaurante, a cualquier hora del día y de la noche.
Las seis propuestas de Terracotta, el local del leonés Ignacio Sánchez, han sido creadas por Libé Unique Cocktails y ofrecen variaciones que van desde la cítrica, la dulce, la cremosa, la afrutada, la ananá hasta una sin alcohol.
Eso sí, todas respetan los macerados naturales y los distintos vinos y sus mezclas con frutas y especies para convertirse en tragos aromáticos pero muy fáciles de beber (un arma de doble filo con la que hay que tener cuidado porque lo normal es que quieras probar más de una).
Pero la bebida sólo es una parte en Terracotta para conseguir el baile perfecto. La carta, que en la web tiene versión alérgenos para que puedas saber perfectamente qué puedes comer y qué no según tus intolerancias, está diseñada para que nada reste sabor al buen producto, ya sea de los considerados exquisitos o de los que no tienen tanta buena prensa en muchos restaurantes.
El encargado de convertir un puerro a la brasa con tartar de gambón en un bocado lleno de sabor y matices ha sido el chef y asesor gastronómico Carlos Núñez. No es la única propuesta que deja clara su filosofía de artesanía gastronómica en todo lo que toca, como por ejemplo, unas alcachofas con tomates caramelizados a los que no se le añade ni una gota de azúcar sino que es su propia fructosa al horno la que le da una textura y un sabor riquísimos.
Tampoco faltan los guiños exóticos como el säam de papada ibérica glaseada con piña y hierbabuena o los bombones de pato confitado con puré de robuchón y demiglace tailandesa. Y también algunos frescos y bien preparados como la ensaladilla con encurtidos, la corvina a la brasa con puré de coliflor y remolacha o los lomitos de bacalao, escalibada al carbón y pil pil ligero de sus jugos, piparras frescas y chips de ajo.
Si podemos llegar a los postres, de nuevo el sabor artesanal de platos de toda la vida pero con un toque Terracotta, como la tarta de queso o la torrija caramelizada. Si queremos algo más ligero, la tarta árabe de nata y lemon curd vuelve a llenar la boca de tonalidades cítricas perfectas para poder acabar con otra sangría... o no.
Una curiosidad. Vale que casi todo lo que se come en Terracotta es más bien sano y no debería hincharte ni un ápice pero si te sientes un poco así, baja al baño y mírate en los espejos que están todos inclinados para devolver una imagen más estilizada por si tenías dudas de pedir otra sangría más.