La campaña electoral a la Comunidad de Madrid ha empezado antes de tiempo y el líder de los socialistas, Juan Lobato, no quiere quedarse atrás.
Por eso, esta semana ha presentado su campaña hacia la presidencia regional 'renegando' del logo del PSOE y, correspondientemente, del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que le ungió como líder de los socialistas madrileños.
Por todos es conocido que Lobato es la elección personal del presidente del Gobierno para intentar arrebatar el bastón de mando a Isabel Díaz Ayuso. Confianza que Lobato ha despreciado en su primera campaña.
El líder de los socialistas madrileños ha preferido presentarse 'en solitario' con su apellido como único aval. Ni el logo del PSOE, ni las siglas, ni siquiera una referencia al socialismo. Lobato se deshace de todo lo que le pueda relacionar con Sánchez y la Moncloa.
"El equipo Lobato Madrid Progresistas". Esas son las únicas palabras que aparecen en un minimalista cartel con letras rojas y negras y fondo blanco.
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Según fuentes del PSOE madrileño, la interpretación de que Lobato quiere dejar a un lado al partido es falsa, puesto que el corazón es un logo del PSOE.
Y es cierto que la introducción del corazón entre la simbología socialista apareció en 2019, en plena campaña de las elecciones generales, pero siempre acompañado de las siglas del PSOE.
Sin oposición
Sea como fuere, el designado por Sánchez ya es el único candidato socialista en las primarias del partido en Madrid. Tras cerrarse la semana pasada la presentación de candidaturas, Lobato ha conseguido los avales necesarios para garantizar que su nombre encabezará las papeletas autonómicas. Concretamente, 5.200 avales.
"Muchas gracias a los miles de militantes que me han apoyado en todo este tiempo y a todos los progresistas que se siguen sumando a nuestro proyecto con ilusión. ¡Vamos con todo, Madrid!", ha publicado Lobato en sus redes sociales tras presentar dichos avales.
El movimiento de Lobato coincide, además, con dos grandes 'desprecios' que otros líderes autonómicos han hecho a Pedro Sánchez, cuyos apoyos regionales se ven cada día más debilitados.
Primero fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, con una entrevista publicada en el diario EL MUNDO en la que criticaba los pactos del presidente del Gobierno con Podemos y se mostraba conciliador con Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP.
Y esta misma semana, coincidiendo con el acto de Lobato, ha sido Ximo Puig, uno de los líderes regionales más leales a Sánchez junto con Lobato. El presidente de la Comunidad Valenciana se ha lanzado a la rebaja de impuestos que han estado liderando las regiones del Partido Popular, dando un espaldarazo a la Moncloa y su discurso económico.