M. Fiter
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La nueva ordenanza de movilidad sostenible que prepara el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida mantendrá las zonas de bajas emisiones, pero no añadirá "ninguna política más de restricción de circulación de los vehículos". 

Así lo ha detallado el delegado de Urbanismo, Movilidad y Medio Ambiente, Borja Carabante, en la comisión de su Área, celebrada este lunes.

Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), en una sentencia no definitiva, tumbó en septiembre las conocidas como ZBE al entender que el Consistorio no acreditó adecuadamente su impacto económico. 

Ante tal decisión, Cibeles ha respondido de dos maneras: por un lado, recurriendo al Supremo el fallo del TSJM; por otro, preparando en paralelo una nueva normativa de movilidad para que las ZBE, pase lo que pase, no decaigan en la capital. 

Las ZBE impiden que los vehículos 'sin etiqueta' ambiental (diésel matriculados antes del 2006 o gasolinas previos al 2000) circulen por la ciudad.

La capital española conoció la zona de bajas emisiones en tiempos de Manuela Carmena, que instauró su conocido Madrid Central en 2018.

Después de que la Justicia se lo tumbase -tras una denuncia del PP-, el ya alcalde Almeida aplicó su estrategia de sostenibilidad ambiental, Madrid 360, que desarrolló un sistema de bajas emisiones más amplio. Tanto, que a fecha de hoy abarca a toda la ciudad.

Mientras no haya fallo definitivo, las Zonas de Bajas Emisiones siguen en pie y las sanciones, también. 

Entrar con un vehículo 'A' a Madrid ZBE (al igual que con las Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección Distrito Centro y Plaza Elíptica) se multaba con 90 euros, 45 con reducción, hasta el 20 de marzo de 2022. Un cambio en la ley estatal elevó la infracción de leve a grave, incrementando el importe a los 200 euros, 100 si se paga temprano.