Dos distritos de Madrid se han convertido en el escenario de las últimas polémicas del Partido Popular en la capital. Carabanchel y Latina. Latina y Carabanchel. Dos de las zonas más pobladas de la ciudad. En ambos casos ha tenido que intervenir la dirección del PP de la Comunidad de Madrid.
Por un lado, la agrupación popular de Carabanchel ha terminado controlada de forma temporal por una gestora puesta por Génova tras un rocambolesco empate entre dos concejales de José Luis Martínez-Almeida. Un comité regional, por otro lado, será quien se pronuncie sobre el concejal presidente de Latina, Alberto González, y su papel en un presunto caso de espionaje interno.
González es un viejo conocido de la política madrileña. Nacido en Ávila, este madrileño de Mijares, como él mismo se define, comenzó su andadura profesional en el Ayuntamiento de Madrid en 2005. Después de ejercer como jefe de protocolo del Consistorio entre 2012 y 2015, hizo carrera en el Gobierno autonómico. De hecho, fue director general de Autónomos y Emprendimientos con Isabel Díaz Ayuso.
A día de hoy, ocupa cargos de peso dentro del organigrama del Ayuntamiento de Martínez-Almeida y del PP madrileño. Porque González no sólo es el concejal presidente de Latina (un puesto de responsabilidad municipal, no de partido), también es el presidente de la agrupación popular en el mismo distrito. Por si fuera poco, es el secretario de Distritos del PP de Madrid.
Además, es el protagonista de un supuesto caso de espionaje y presiones a afiliados del partido. Tal y como adelantó El País, hasta tres vicesecretarios del PP de Madrid en Latina denunciaron por escrito -siempre ante órganos de la formación- al dirigente el año pasado. Uno de ellos aseguró que el concejal presidente le pidió espiar a la presidenta nacional de Nuevas Generaciones, Beatriz Fanjul, y a su entorno. Al parecer, según este denunciante, González no quería a miembros de NNGG de la dirección nacional dentro de las juventudes populares de Madrid.
El asunto acabó en manos de la dirección regional a finales de 2023. En concreto, según fuentes del PP de la Comunidad de Madrid, lo que se recibió fueron unas "denuncias cruzadas" dentro de la agrupación de Latina.
En este momento, el Comité de Derechos y Garantías -órgano competente en estas situaciones- tiene un expediente informativo abierto. Por ahora, este órgano está "tramitando los procedimientos oportunos y recopilando la información necesaria".
Según el diario de Prisa, una de las denuncias también recoge una supuesta falta de transparencia económica en la sede del PP de Latina y que tiene que ver con las cuotas mensuales que se cobra a los cargos de la agrupación del distrito.
Almeida: "Tiene toda mi confianza"
Preguntado por esta polémica, el alcalde insistió en que se trata de una cuestión del partido que se tiene que "sustanciar en el Comité de Derechos y Garantías regional". "No me voy a pronunciar porque será el Comité el que tenga que tomar la decisión oportuna", declaró ante los medios de comunicación en un acto en Casa de Campo.
Sin embargo, Almeida también aprovechó para defender la labor municipal de su concejal: "Desde el punto de vista de las funciones políticas, públicas y de la responsabilidad que tiene como concejal, lo está haciendo muy bien. Está dando resultados muy buenos". "Como concejal, tiene toda mi confianza", concluyó.
No piensa lo mismo la líder del grupo municipal socialista, Reyes Maroto, que considera que este episodio es "muy negativo" para la calidad democráctica de la ciudad y para la "reputación" del Ayuntamiento. En cualquier caso, la ex ministra asegura que no le "sorprende" el presunto caso de espionaje conocido en el seno del PP. "No debería ser la forma en la que los políticos hacemos nuestro trabajo", ha añadido.
De la misma forma, la dirigente municipal de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, ha reprochado a Almeida que mantenga su confianza en un edil que se ha metido en una situación tan "chusca" como "quedarse con unos eurillos de cada uno de los afiliados en las cenas de Navidad". La política ha hecho así referencia a uno de los hechos relatados dentro de esta polémica.
Gestora en Carabanchel
Hace unas semanas, fue Carabanchel quien llamó la atención de los medios de comunicación. Las primarias del PP del distrito para designar a un nuevo presidente llamaron la atención por varios motivos. Primero, porque no es del todo habitual que concurran dos candidatos a este tipo de elecciones. En otras ocasiones, se ha dejado vía libre a un único aspirante.
Segundo, por los perfiles y la relación de los dos candidatos: Carlos Izquierdo, actual portavoz de los populares en Cibeles y Álvaro González, actual delegado de Vivienda y concejal presidente de Carabanchel. Ambos son viejos amigos, han colaborado juntos y cuentan con un pasado marcado por la guerra interna entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado.
Ni Izquierdo ni González hicieron declaraciones en público sobre el proceso. Tampoco desde el Ayuntamiento. Las preguntas sobre este asunto se respondían directamente desde Génova, responsable de la comisión organizadora de estas primarias.
Las elecciones se celebraron el miércoles 24 de enero. Y el resultado fue el más inesperado posible: empate a 133 votos. Ante esta situación, desde Génova se propuso que la comisión organizadora revisase las reclamaciones que llegaran sobre los votos nulos que se registraron durante la jornada electoral.
Los candidatos retiraron las alegaciones y la dirección regional decidió, entonces, colocar la gestión "transitoria" de la formación en el distrito a la diputada autonómica Esther Platero.
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