El colegio de lujo Brewster, que funciona sin licencia desde septiembre, ha presentado medidas cautelares para evitar su cierre inminente. El Ayuntamiento de Madrid aprobó la semana pasada el plan especial que allana el camino de la escuela estadounidense para regularizar su situación. Pero la cuenta atrás ya está en marcha: si el 11 de diciembre no se han resuelto todos los pasos administrativos pendientes, la Policía Municipal precintará los dos edificios históricos de la calle Eloy Gonzalo donde da clases.
El instituto abrió sus puertas por primera vez el pasado 7 de septiembre sin que el plan especial que tramitaba entonces el Ayuntamiento estuviera aprobado. Comenzó el curso, por tanto, sin la licencia que se le exigía al ocupar un edificio protegido, como es el Hospital Homeopático de Chamberí.
Ante esta situación irregular, la Agencia de Actividades ordenó el cese de actividad y le dio un plazo de 30 días. Una vez agotado este periodo de 'gracia', Cibeles dictó otra orden que fijó el 11 de diciembre como fecha límite para dejar de enseñar en sus aulas.
Los argumentos de Brewster
"Frente a la resolución de la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid, el escrito de Brewster admitido por el Juzgado fundamenta su petición de medidas cautelares en la defensa de los intereses de sus alumnos, pues, si se procediese al precinto temporal, se verían afectados desde un punto de vista emocional, educativo, familiar y social", argumenta el colegio en un comunicado.
El Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 14 de Madrid admitió la petición de Brewster el viernes y el colegio espera que el juez se pronuncie pronto. "El hipotético precinto se fundamentaría en cuestiones administrativas, y no en una situación de riesgo para los niños, o en causas educativas, sanitarias o análogas. En consecuencia, frente a la protección a los niños que tienen como fundamento las resoluciones de cese de la actividad docente, sucedería exactamente lo contrario: la desprotección de los menores", añaden en la nota de prensa.
El instituto norteamericano también asegura que el escrito remitido al Juzgado incluye declaraciones de los padres de los alumnos, que "muestran su total apoyo a esta petición". "Brewster Madrid insiste en la necesidad de tomar las decisiones con cautela y con la protección de los intereses de los menores como primera consideración".
Los responsables del colegio siguen defendiendo que el centro está autorizado por la Comunidad de Madrid y cumple con "todos los requisitos técnicos". "Como no podía ser de otra forma, con todas las medidas necesarias ante posibles incendios, como su Plan de Evacuación, del que la comunidad educativa ya ha realizado hasta tres simulacros".
Respecto al asunto de su apertura sin licencia, Brewster explica que se aloja en los edificios en régimen de alquiler. La sede está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, "supone una serie de requisitos administrativos adicionales". Admite, a su vez, que inició el curso "a falta de los últimos trámites" siguiendo el consejo de sus equipos legales y tras presentar una declaración responsable, un tipo de documento que no es válido cuando se trata de edificios BIC.
"Brewster Madrid quiere insistir en su mejor disposición y voluntad de colaboración con las administraciones, desde el convencimiento de que la colaboración entre el sector privado y el público redunda en beneficio del conjunto de la sociedad", concluye el comunicado.