La familia Lleó lleva décadas ligada a la Plaza de La Luna. El apellido no aparece en los grandes rótulos de los restaurantes o del gimnasio de este lugar, situado a espaldas de la Gran Vía. La empresa que administran estos hermanos, hijos del promotor del Zoo de Madrid, explota comercialmente el parking público subterráneo de Luna-Tudescos y los dos grandes edificios grises de oficinas y locales. Todo ello gracias a una concesión municipal que esta semana ha vuelto a prorrogarse un año más. Y ya van 52.
Tal y como adelantó Somos Malasaña y confirmaron desde el Área de Urbanismo y Movilidad a este diario, Cibeles prorrogó el miércoles 'in extremis' la concesión a la Sociedad de Aparcamientos de Madrid (SAMA).
Sobre el papel, esta relación comenzó a principios de los años 70, cuando el Ayuntamiento del entonces alcalde Carlos Arias Navarro cedió estos espacios a SAMA hasta 1997. Pero el contrato se extendió otros 10 años y nueve meses debido a unas obras en el aparcamiento. En noviembre de 2022, cuando apenas quedaban unos días para que caducara el acuerdo, el Gobierno municipal amplió el plazo hasta el 22 de noviembre de 2023.
El final de esta historia no está del todo clara. Este tiempo 'extra' de cesión llega mientras el Consistorio prepara un nuevo concurso para enajenar la gestión únicamente del parking a manos privadas otros 25 años. Fuentes municipales dejan caer que, pese a la prórroga de 12 meses firmada esta semana, la concesión con SAMA podría finalizar antes. Dependerá, en cualquier caso, de los pasos que dé Cibeles para sacar adelante la nueva licitación pública.
El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, por otro lado, no ha revelado qué pasará con los dos inmuebles, que suman más de 10.000 metros cuadrados de espacio.
Concesión rentable
De lo que no cabe duda es que la empresa de los Lleó ha sacado provecho de la Plaza de la Luna. El aparcamiento rotatorio dispone de 481 plazas y abre las 24 horas del día. Las cifras de la propia compañía, recogidas por el citado periódico hiperlocal, indican que SANA gana más de 700.000 euros al año con el parking.
Respecto a los dos edificios, que ocupan el 1 y el 2 de la Plaza, llama la atención el canon que paga la sociedad al Ayuntamiento por explotarlos: tan sólo 383 euros al mes, con datos referidos al ejercicio 2021. El negocio de SANA en las dos 'moles' se basa en el alquiler de las oficinas a otras empresas. Ahí se encuentra, por ejemplo, El Buda Feliz -"el restaurante chino más antiguo de Madrid"-, pero también la comisaría Centro Norte de la Policía Municipal.
La firma reconoce en su memoria del ejercicio 2022 que la previsión de la finalización de la concesión ese año -y que luego no se produjo- llevó a que "numerosos inquilinos" abandonaran los locales de los edificios.
El promotor del Zoo
Detrás de la Sociedad de Aparcamientos Madrid están los Lleó Casanova. Antonio, uno de los hermanos, es quien preside la empresa. Beatriz, Jorge, María Antonia, Rocío y Belén Lleó Casanova aparecen en los documentos registrales consultados por EL ESPAÑOL como miembros del consejo de administración.
Todos ellos y otra hermana más son hijos de María Casanova Colomer y Antonio Lleó de la Viña. El patriarca de la familia murió en enero de 1981 muy lejos de España, en Houston (Estados Unidos). En la capital se recuerda a este ingeniero de caminos por ser el promotor y creador del parque Zoológico madrileño.
"Dirigió y coordinó la construcción de las actuales instalaciones, inauguradas en 1972 y consideradas excepcionales", recuerda el portal web que Cibeles dedica al patrimonio y el paisaje de la capital.
De hecho, el mayor accionista de SAMA con un 47,92% es otra firma, Plurinver SA. Esta empresa, "especialista en la gestión de aparcamientos", nació de la mano de Antonio Lleó de la Viña y ha construido y explotado distintos estacionamientos en Madrid, Valencia, Castellón, Málaga, Barcelona y Buenos Aires.
Una año después de su muerte, el Zoo descubrió un monolito con un medallón en bronce que reproduce la efigie del ingeniero. "Fue un soñador activo de proverbial empuje y afán que estuvo siempre atento a su trabajo, rehuyendo, por su natural modestia, todo homenaje", señaló el entonces director general del parque, tal y como recoge un artículo de la edición del ABC del 21 de enero de 1982.