El Ayuntamiento de Manuela Carmena recuperó una joya oculta del barrio de Chamberí: el Frontón Beti Jai. Un edificio declarado Bien de Interés Cultural en 2011 que, este mes de julio, ha conseguido (por fin) tener un plan de uso aprobado y viable.
Después de que la justifica tumbara, en 2018, el plan especial de la exalcaldesa Carmena, Almeida ha conseguido sacar adelante un proyecto que complementa el uso deportivo de este frontón de pelota vasca con usos "dotaciones en las categorías culturales y educativas".
El objetivo principal es dar usos alternativos al frontón para aumentar las funciones del edificio, flexibilizarlo más y hacerlo más accesible a la ciudadanía. Uno de sus puntos más calientes ha sido techar el frontón. Una cubrición que, desde el Ayuntamiento, aseguran que es una "posibilidad y no una obligación".
Así lo explicó Borja Carabante esta semana ante las críticas de Más Madrid y PSOE, que han votado en contra del plan de viabilidad. A su juicio, el cubrimiento del patio puede poner en peligro la declaración de BIC.
Aun así, desde el Ayuntamiento de Madrid insisten en que se plantea la cubrición como "una posibilidad y no como una obligación". Más Madrid, que estaba a favor de la cubrición en 2017, ahora la critica porque considera que se equivocaron al apoyar esa propuesta y que, ahora, sólo servirá para que empresas privadas hagan eventos y no lo disfrute la ciudadanía.
"El Plan Especial no autoriza ningún proyecto de obras ni de usos concretos, solamente flexibiliza el régimen de usos dotacionales permitidos en el edificio y define unas condiciones de volumen que posibilitarían, en su caso, una cubrición”, aclaró esta semana Carabante.
Al tiempo que recordaba que "se podrá autorizar el cubrimiento de la cancha de juego con las condiciones previstas en ellas para que la cubrición no compute a efectos de edificabilidad”. En todo caso, sería necesaria la tramitación de un Plan Especial previo para autorizar las obras y usos que finalmente se propongan basándose en un proyecto concreto para el Beti Jai.
Desde el Gobierno de Almeida insisten en que la modificación de uso permitirá la sostenibilidad física y económica del edificio tras años en los que su uso ha sido más bien escaso. Esto puede permitir evitar su ruina y aprovechar las obras de consolidación acometidas entre 2015 y 2019. Hay que recordar que, en 2020, algunos vecinos ya denunciaban grietas en las instalaciones.
La historia
Este frontón, que ha vuelto a brillar con luz propia, dejó de albergar partidos de pelota vasca en el año 1919. Desde entonces, se utilizó para usos de lo más variopintos; como una cárcel, una fábrica e, incluso, el inventor Torres Quevedo utilizó sus instalaciones para probar sus dirigibles.
Pero cerró sus puertas y, con la inactividad, llegaron los derrumbes. Entre 2011 y 2019 el Ayuntamiento invirtió para poder reformarlo y, ahora, se disfruta gracias a las visitas guiadas gratuitas que ofrece Pasea Madrid y que tienen una hora de duración. 25 personas por turno pueden conocer este rincón madrileño.
[Beti-Jai, el frontón vuelve a estar vivo]
El edificio, hasta 2015, estaba en manos privadas y no es hasta ese año que consigue llevar a manos del Ayuntamiento de Madrid. Fue una iniciativa vecinal, Salvemos el Frontón Beti Jai de Madrid la que luchó por la recuperación del inmueble y su declaración como BIC en 2011.
Su importancia es más que relevante en la historia reciente de España. En su inauguración en 1994 era uno de los cuatro frontones de pelota vasca más grandes que había en la capital y uno de los más novedosos. Su diseño fue encargado a Joaquín Rucoba, arquitecto que ha firmado edípicos como la plaza de toros de Málaga y el teatro Arriaga.