Cuenta José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) que cuando aterrizó en Cibeles "fue recibido casi con indiferencia". Un pacto con Ciudadanos y la ayuda de Vox permitieron a este abogado del Estado arrebatarle la Alcaldía a Manuela Carmena. Cuatro años con el bastón de mando dieron para mucho: una pandemia, Filomena, la crisis interna del PP... Pero Almeida ha resistido todo. Su imagen y su gestión fueron sometidas a examen este domingo. Y los resultados para él fueron inmejorables: mayoría absoluta.
"La Alcaldía no ha cambiado mi forma de ser ni de entender la política", aseguró hace unos días el popular a este diario. Martínez-Almeida, menor de seis hermanos, llegó a la política bajo el ala de Esperanza Aguirre y pasó a sucederla al frente del PP municipal en 2017. En los comicios de 2019, el abogado cosechó el peor resultado para los populares en unas municipales, con apenas 15 ediles -que pudo salvar con los votos de Villacís y Ortega Smith-. Este 28 de mayo, Almeida se ha desquitado: 29 concejales y 729.302 votos que le dan al PP el mejor resultado desde la era Gallardón.
Aficionado al deporte, al golf y al Atlético de Madrid, el popular se ganó pronto la simpatía de los madrileños debido a una pandemia donde su talante conciliador popularizó su figura. Esa imagen de 'superalcalde' se diluyó a medida que fue asumiendo el rol como portavoz nacional del PP que le encomendó el exlíder del PP Pablo Casado.
[Ayuso y Almeida arrasan Madrid: mayoría absoluta del PP en la Comunidad y en el Ayuntamiento]
El popular llegó a la Alcaldía prometiendo que acabaría con Madrid Central, la medida 'estrella' de Manuela Carmena, y acabó instalando su propia versión, Madrid 360, que le costó las críticas de Javier Ortega Smith. La relación política entre ambos no acabó bien. El regidor culpó al portavoz de Vox fue el responsable del bloqueo de dos proyectos clave para el Ayuntamiento de coalición: los presupuestos de 2023 -que incluían la bajada del IBI al 0,4%- y la reforma de las normas urbanísticas.
Con su socio, Ciudadanos, la relación fue fluida y de respeto mutuo hasta los últimos compases de la legislatura. Dos de los concejales de Villacís -Ángel Niño y Pepe Aniorte- saltaron a las filas populares pocas semanas antes de arrancar la campaña. Y en el debate entre candidatos de hace una semana, Martínez-Almeida atacó directamente a una Begoña Villacís que parecía haber asumido un pacto de no agresión con el popular.
En cualquier caso, Almeida asegura que el peor momento de su primer mandato fue cuando pusieron en "duda" su honradez en el caso Mascarillas. Esta investigación indagaba en el desembolso por parte del Ayuntamiento de Madrid de 12 millones de euros para adquirir en marzo de 2020 material de protección frente al coronavirus. La Justicia acabó colocando al Palacio de Cibeles como víctima de una "estafa" y en el Consistorio respiraron tranquilos.
Otro momento de tensión para Martínez-Almeida fue la guerra interna que se desató entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, que acabó con la salida del dirigente popular. En medio de esta contienda, se sembraron sospechas de que colaboradores y trabajadores del palacio de Cibeles urdieron un plan para investigar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El alcalde popular no ha parado de negar que existieran tensiones con la baronesa madrileña. Aunque en las listas para este 28-M, Ayuso se deshizo de dos consejeros casadistas y los envió a Cibeles.
Como afirmó el edil, si lograba la mayoría absoluta el 28-M, lo primero que haría sería pensar en sus padres, que "están en el cielo" y que "seguro que se alegrarán enormemente por su hijo". Antes de prepararse para su investidura, el alcalde espera celebrar su aplastante victoria el próximo fin de semana con una escapada al norte de España, su lugar ideal para escabullirse del bullicio de la capital.