Madrid estrena estos días una de sus obras públicas más polémicas. Se trata de la nueva Puerta del Sol. Los trabajos de remodelación han terminado dando casi por finalizado un proyecto que ha generado muchas críticas en los últimos meses. Desde la suciedad y el barrizal en el que se convirtió la céntrica plaza durante la época de mayores lluvias hasta la cuestionable belleza y funcionalidad de la misma.
Sin embargo, la mayor crítica que está recibiendo ahora la nueva Puerta del Sol está estrechamente relacionada con las zonas verdes. O mejor dicho, con la ausencia de ellas tras la espectacular reforma que se ha llevado a cabo. Muchos sectores críticos con el proyecto han lazando sus ataques contra el Ayuntamiento y contra el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, por haber reestructurado una Puerta del Sol sin árboles que puedan aportar un pequeño pulmón al centro de Madrid así como zonas de sombra.
¿Por qué no habrá árboles en la Puerta del Sol?
Esta pregunta tiene varias respuestas. Paloma García Romero, la delegada de Obras y Equipamientos, ya reconoció hace más de un año que aunque lo habían intentado, recibieron una rotunda negativa: "Les garantizo que hemos intentado incorporar un mayor número de árboles, pero no nos han dejado".
Paloma confirmó que cualquier tipo de reforma de en la Puerta del Sol necesitaba la aprobación de la comisión local de Patrimonio al ser un Bien de Interés Cultural. Este organismo se encargó de rechazar la existencia de zonas verdes. Esta decisión se tomó en base a una cuestión política y a otra física.
La cuestión política era simple: intentar crear un espacio de paso y tránsito, no de recreo y de estacionamiento. Por eso, al no haber árboles ni zonas verdes, es más difícil quedarse más tiempo del deseado en la nueva plaza, sobre todo en épocas estivales en las que el calor golpea con fuerza. Sin embargo, esta cuestión política está marcada además por una situación física e inamovible.
No se pueden poner árboles porque no hay espacio para que estos echen raíces. El 90% de la plaza de la Puerta del Sol cuenta con una gran losa muy cerca de la superficie que impide a estos dar rienda suelta a su vida subterránea. Esta impresionante losa consta de una gran lámina de hormigón de unos 20 centímetros que impide cualquier tipo de gran plantación bajo el pavimento de la nueva reforma.
La única opción hubiera sido haber incluido vegetación en el 10% restante de la plaza. Sin embargo, esa opción quedó también descartada al considerarse que no tenía sentido realizar una inversión para una porción tan reducida del recinto. Así lo decidió la comisión local de Patrimonio que, a pesar de que desde un punto de vista técnico sería posible, no colmaba las expectativas desde un punto estético al tener una distribución muy difícil de realizar.
¿Son los maceteros una opción?
Las mayores críticas que está recibiendo estos días la nueva reforma de la Puerta del Sol tienen que ver con la ausencia de sombras que habrá, sobre todo, en las épocas de mayor exposición a las altas temperaturas. Estos ataques están llegando especialmente a través de redes sociales, donde se ha abierto un debate paralelo y complementario.
Aquellos que se preguntan por qué no habrá árboles añaden la variante también de que por qué no se incluye vegetación a través de grandes maceteros, un elemento muy habitual en muchas plazas y zonas de diferentes ciudades de España. Esta cuestión también tiene su explicación y mira directamente hacia la seguridad.
[El último viaje del Oso y el Madroño por la Puerta del Sol]
Estos grandes maceteros, al igual que los árboles, suponían un grave problema para intervenciones policiales de los cuerpos del Distrito Centro. Las patrullas podrían tener mayores dificultades para realizar su trabajo en caso de intervenciones de urgencia si tienen que ir esquivando este tipo de objetos. Además, podrían suponer un fácil escondite para aquellos que huyen de la propia policía.
En este caso, han sido las fuerzas del orden locales las que solicitaron que la nueva Puerta del Sol fuera un espacio lo más transitable posible y sin obstáculos. Entre las indicaciones que llegaron a las instituciones municipales estaban las de convertir la plaza en un recinto lo más diáfano posible.
Además, la policía veía estos famosos maceteros también como un lugar en el que llevar a cabo conductas delictivas como esconder droga de manera muy fácil y accesible para realizar diferentes intercambios y trapicheos. Además, destacaban que si los maceteros no iban a servir para dar la demandada sombra al no poder contener árboles muy altos, solo iban a suponer un impedimento.
¿Cuáles han sido las alternativas?
El proyecto de la Puerta del Sol ha dejado una estructura totalmente diferente en la histórica plaza situada en el centro de Madrid. Efectivamente, no habrá zonas que puedan aportar sombra. Una situación que, por otra parte, era lo habitual en este enclave donde la única sombra la aportan los edificios que la delimitan. La intención ha sido transformar este icono de la capital en una zona peatonal y no estancial en la que sí hay bancos, pero no árboles.
Otro de los cambios más comentados es la reducción del número de fuentes que se producirá en la zona. Hasta ahora existían dos, pero tras la nueva reforma, solo existirá un punto en el que poder obtener agua para refrescarse de alguna forma.
La alternativa que ha encontrado el Ayuntamiento de Madrid ha sido, en lugar de incluir estas zonas verdes en la Puerta del Sol, hacerlo en algunas zonas aledañas. Están, por ejemplo, las calles de Espoz y Mina o la calle Victoria. Así es cómo se ha trazado el plan que ha servido de base para reformar este icono madrileño declarado como Bien de Interés Cultural y que está recibiendo tantas críticas por esa falta de árboles y de zonas de sombra.