El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad en España es ese evento especial que, cada 22 de diciembre, llena de suerte nuestros hogares. Desde 1812, los niños de San Ildefonso son los encargados de cantar los números premiados y repartir la alegría. En el pasado, este colegio atendía a niños huérfanos, y los fondos obtenidos de esta colaboración contribuían a cubrir los gastos.
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Pero, ¿quién es en realidad San Ildefonso? Ese nombre que escuchamos todos los años al acercarse la Navidad. El vínculo entre el Colegio de San Ildefonso y la Lotería de Navidad es antiguo, pero lo es aún más el santo que da nombre al colegio de estos conocidos niños cantores: San Ildefonso. Aquí te contamos quién fue este santo toledano del siglo VII, a quien la Iglesia Católica homenajea cada 23 de enero.
¿Quién fue San Ildefonso?
Ildefonso nació en Toledo —actual capital de Castilla-La Mancha— en el año 607, bajo el reinado del rey visigodo Witerico. Y, según la tradición, el pequeño fue educado en la fe cristiana por su tío San Eugenio III, entonces obispo de la ciudad. De hecho, años después heredaría ese cargo, pese a que sus padres, al principio, no apoyaban que su hijo tomase el camino religioso.
Según los propios escritos nacidos de la prolífica pluma de San Ildefonso, en el año 632, con 25 años, Eladio, entonces obispo de Toledo, le nombró diácono. Previamente, el pequeño Ildefonso había crecido y se había criado entre los monjes del monasterio de Agalia, cerca de Toledo, del que más tarde llegaría a ser abad.
De diácono a abad
El diácono y monje Ildefonso, posteriormente al año 632, fundó otro convento de religiosas gracias a un dinero que había heredado tras la muerte de sus progenitores. Y, con una edad cercana a los 43 años (año 650, aproximadamente), el monje fue elegido abad del monasterio de Agalia, que le había visto crecer.
De hecho, el abad Ildefonso, durante su cargo, asistió al séptimo y al octavo Concilio de Toledo, celebrados, respectivamente, en los años 653 y 655. Mientras tanto, el santo también se dedicaba a la actividad intelectual con la escritura de una prolífica obra literaria en la que destacan sus escritos de homenaje a la Virgen María, la madre de Jesucristo. Por ello, a día de hoy, es considerado unos de los doctores de la Iglesia Católica.
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Con la muerte de su tío San Eugenio III en el año 657, Ildefonso sería nombrado obispo de Toledo. De ahí que se trasladara a vivir con la corte del rey Recesvinto, que había accedido al trono visigótico tan sólo cuatro años antes, en el 653. Era una época convulsa tanto política como religiosamente por lo que San Ildefonso inició un profundo contacto vía correspondencia con Quirico, entonces obispo de Barcelona.
La aparición de la Virgen
Pero si hay un capítulo milagroso en la vida de San Ildefonso, según la tradición, es que la Virgen María se le apareció junto a otros clérigos. Era el 18 de diciembre del año 665. Al parecer, el obispo Ildefonso, junto con otros sacerdotes, se dirigía a la iglesia para cantar himnos para honrar a la virgen.
Fue cuando vieron una deslumbrante luz que hizo huir a la mayoría de los presentes por el temor que les provocaba. Huyeron todos salvo Ildefonso y otros dos diáconos. Ante ellos se hallaba la Virgen María, sentada en la silla del obispo, su silla. Pero no estaba sola. Según la tradición estaba rodeada por vírgenes que cantaban cantos celestiales.
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María miró a los ojos a Ildefonso y le dijo: “Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla, la cual mi Hijo te envía de su tesorería”. Ella mismo lo invistió y le explicó que sólo debía usar la prenda los días festivos designados en su honor. De hecho, en los siguientes Concilios de Toledo, se ordenó una fiesta especial para conmemorar este milagro.
San Ildefonso moriría en el año 667 con 60 años y sería sepultado en la iglesia toledana de Santa Leocadia. Sus restos, años después, se trasladaron a la iglesia Arciprestal de San Pedro y San Ildefonso en Zamora, ciudad de la que es patrón en la actualidad. Pero, sin duda, este santo está en el imaginario popular de los españolas gracias a la Lotería de Navidad. Pues son los niños de San Ildefonso los que traen la fortuna y los premios a los jugadores de este sorteo tradicional navideño.