España ha superado los 21 millones de cotizantes a la Seguridad Social. Es una cifra histórica que no se había logrado antes. La solidez del crecimiento de su economía se refleja también en la persistencia de ejercicios positivos han situado a España al frente del crecimiento europeo. Las señales que llegan son positivas, pero no se tiene la certeza de que esta tendencia vaya a continuar los próximos años.
Las economías capitalistas son cíclicas. Este modelo económico se encuentra en un constante devenir entre crecimientos, desaceleraciones, crisis y recuperaciones que hacen que los escenarios macro alentadores no sean permanentes, por lo que la bonanza no puede hacer que se pierda el foco del qué vendrá después, porque vendrá.
Esto es especialmente importante al hablar del empleo o, por ser más certeros, del desempleo. Las particularidades del mercado laboral español -y la forma en que se han manifestado en crisis anteriores- han creado un sentimiento colectivo que hace que sea realmente difícil hablar de desempleo.
Es algo que se evita, que es mejor que no sea abordado. Es normal, por otro lado, ya que prácticamente todo el mundo en España tiene una historia cercana -o la suya propia- de sufrimiento durante el periodo de destrucción de empleo que siguió a la quiebra de Lehman Brothers.
Sin embargo, esta mentalidad de rehuir el tabú no es práctica, ya que no facilita que se tomen los pasos necesarios para evitar paliarlo. Pasos que, de hecho, la población española quiere dar, tal y como se desprende de la encuesta Project & Protect realizada por BNP Paribas Cardif en 2024.
Este estudio recoge que un 86% de los españoles están preocupados por una eventual pérdida de poder adquisitivo, de los que más de la mitad se manifiestan muy preocupados. La coyuntura actual, especialmente desafiante, ha hecho que la preocupación por la pérdida de empleo quede ligeramente eclipsada por la irrupción de otras amenazas, como la inflación o la persistencia de conflictos internacionales, pero sigue siendo elevada: un 76% de los encuestados se muestra preocupado por una eventual pérdida de empleo, siendo un 31% quienes se muestran especialmente preocupados.
Este estudio recoge que un 86% de los españoles están preocupados por una eventual pérdida de poder adquisitivo
Pero la tranquilidad no se alcanza por la desaparición de las causas de preocupación, que siempre van a estar ahí, sino que se logra por la sensación de estar gestionando y controlando estas fuentes de preocupación; y es aquí donde los seguros de desempleo desempeñan su papel. La encuesta de BNP Paribas Cardif apunta a una disposición positiva hacia estos productos, ya que un 44% de los españoles manifiestan el deseo de estar mejor protegidos ante una eventual pérdida de empleo. Es una cifra ligeramente inferior a la de 2021, pero superior al 37% recogido en 2019.
De hecho, la voluntad de los españoles por estar mejor protegidos es muy llamativa en la comparativa global de la encuesta, especialmente en aspectos relacionados con la salud y con el empleo.
Por eso es importante que las firmas especializadas acompañen a esta voluntad con una cartera de productos que permita convertir la preocupación en tranquilidad, ya que estos pasos se deben dar en tiempos de bonanza. No conviene olvidar que la tranquilidad es un atributo que se cosecha en el largo plazo y que tiene poco encaje con la inmediatez y las decisiones precipitadas.
Y es por eso especialmente importante poner el acento en que la seguridad no la proporciona únicamente la sensación de saber actuar frente a los contratiempos, sino también adelantarse a ellos. En este sentido, cobran también bastante sentido los productos que permiten mejorar las competencias profesionales, planificar próximos movimientos laborales o recibir apoyo en la transición a un nuevo rol.
Esta es la filosofía en torno a la que se deben construir los seguros de protección de crédito por pérdida de empleo -productos que te permiten pagar las deudas ante un desempleo involuntario- y de los ecosistemas de empleabilidad de los que se acompañan. Estas soluciones solidifican el firme sobre el que los trabajadores avanzan hacia un futuro más estable, ya que la seguridad y la confianza son atributos que se retroalimentan, por lo que la tranquilidad, principal fuente de estos conceptos, es la mejor manera de conseguir que las vacas flacas puedan seguir comiendo cuando el ciclo económico se haya llevado consigo a las vacas gordas.
*** Emmanuel Pelège, CEO de BNP Paribas Cardif para España y Portugal.