Anunciado el acuerdo de investidura de Illa, a resultas de la decisión del proceso asambleario de ERC, algunos expertos califican el acuerdo de: inconstitucional, inviable e insolidario. Ninguno de esos calificativos es exacto.
Los que lo tachan de inconstitucional dicen que sólo el País Vasco y Navarra lo tienen recogido en la Constitución. Pero últimamente, la constitucionalidad, o no, de una norma no depende de que se recoja expresamente o no; depende de la decisión de un Tribunal Constitucional cuya composición es políticamente favorable al gobierno.
Primera conclusión: el acuerdo no es ni constitucional ni inconstitucional. Depende del Sr. Conde-Pumpido y ya se sabe. Es capaz de constitucionalizar la amnistía y cualquier otra cosa que convenga a Sánchez.
¿Es inviable? Primero tiene que superar el voto de la militancia de ERC. Los republicanos siempre votan más con la nostalgia que con la cabeza. Se puede esperar cualquier resultado. Pero si esa militancia lo aprueba, la incógnita es: ¿Funcionará?
Cómo diputado constituyente y ponente del estatuto de autonomía de la Comunidad Valenciana, sé que esa misma duda se planteó con la generalización de la cesión de competencias a todas las autonomías. Entonces inventamos la LOTRAVA (Ley Orgánica de Transferencias de Competencias a la Comunidad Valenciana) después vino la LOTRCA (Canarias) y, con el tiempo, transferimos competencias del Estado a todas las autonomías.
Voluntad política del Congreso
Todo es viable cuando no está prohibido expresamente. Por eso, si hay votos suficientes, se podrá aprobar una ley orgánica para la financiación singular de Cataluña. Depende de la "voluntad política" de Congreso y ya se ha visto últimamente como están las cosas.
Además, el nuevo estatuto de la Comunidad Valenciana contiene la llamada "cláusula Camps" por la que su Generalitat puede acceder a cualquier competencia alcanzada por otra comunidad. Por tanto, raro será que la Generalitat valenciana no quiera otra financiación singular. Después Galicia, Andalucía, … ya lo vivimos con las transferencias.
En esa dinámica, se avecina, tarde o temprano, una "confederación de haciendas autonómicas" ¿Será viable ese tipo de Estado? Tendrá que serlo si se dispara la dinámica. Cómo pasó con el Estado de las autonomías cuando se distribuyeron las competencias, España deberá construir una nueva forma de hacienda pública.
Será difícil, pero la imaginación mediterránea deberá funcionar. Para eso debe superar la tercera incógnita:
¿Es insolidaria? Dependerá de cómo funcione. Una de las condiciones del proceso es la creación de un fondo de solidaridad interterritorial, que sirva para desarrollar a las autonomías menos favorecidas.
Incluso a Cataluña le interesa. Su mayor cliente es Aragón. Si Aragón no se desarrolla no le puede comprar sus productos y servicios. Por ejemplo: su corriente turística hacia las playas catalanas es tradicional; y la industria farmacéutica catalana, una de sus fortalezas, debe vender al sector público sanitario del resto de las autonomías
Y, dicho todo esto, afirmo que lo escrito hasta ahora es un ejercicio de realismo. La verdad es que ese panorama no me gusta nada el acuerdo, ni poco, ni mucho. Creo que es un peligroso equilibrio en el alambre. Los equilibristas se pueden caer y romperse algo importante o, incluso, morir en el intento.
Además, Sánchez no hace esto porque crea en una nueva concepción del Estado. Lo hace para permanecer en el poder. Eso es lo más peligroso: que no se haga por convicción, sino por tacticismo e interés personal y de su grupo dentro del PSOE.
En todo caso, parece bueno para Cataluña y España que la Presidencia de la Generalitat sea PSC y no independentista. Mejor si eso supone la retirada definitiva de Puigdemont. Aunque fiarse de su palabra es un ejercicio de ingenuidad. Pero el coste, si no se conduce el proceso de manera prudente, puede ser excesivo.
¿Podría haberse hecho de otra forma? Sí, reconociendo el derecho del que gana las elecciones generales (PP) y, en un caso de generosidad de ambos partidos nacionales, haber gobernado en "gran coalición" como han hecho otras veces los alemanes.
Pero no somos alemanes. Todo es mucho más convulso. Cuando a Andretti, el mago de la política italiana le preguntaron que pensaba de la política española, respondió: "manca finezza" (falta fineza). Pues eso.