"I was born into a scene of angriness and greed, dominance and persecution", Steve Harris
El gobierno siempre miente con el salario mínimo. En esta ocasión, también. La "subida del salario mínimo" es solo una excusa para volver a aumentar los impuestos al trabajo a casi todos con otra subida de las bases mínimas que lleva detrás.
El gobierno hace caja con todos los trabajadores y se presenta como un adalid de generosidad con el dinero de los demás.
El coste medio por trabajador/año con una subida del 5% es de 1.260 euros (salario más cotización). Es decir, un salario neto de unos 1.000 euros al mes le cuesta al empleador casi 2.000 euros.
El coste para la empresa por doce pagas sería de 1.769 euros en 2024, comparado con 1.664 euros en 2023, según ATA.
Los cuidadores
Es todavía peor para los pensionistas. Un pensionista con una pensión de 1.300 euros mensuales con un cuidador verá su pensión "subir" aproximadamente la mitad de lo que le aumentará el coste de pagar al cuidador. Sale perdiendo. Su pensión “sube” 692 euros anualeen 2024 y el coste de su cuidador subirá 1.260 euros al año.
Mentir también es decir que la subida del salario mínimo no ha destruido empleo. En diciembre de 2019 había 19,9 millones de afiliaciones. Desde 2019 hay 140.000 pluriempleos adicionales y el efecto del incremento de empleo público pagado con deuda de 320.000 nuevos trabajadores públicos que inflan la afiliación.
Eso significa que el sector privado apenas ha mejorado el empleo en cinco años. Si miramos las horas trabajadas por empleado, no se ha recuperado la cifra de 2019, como refleja el INE en Contabilidad Nacional, y la propia CEPYME, estiman que se han destruido empleos, así como el informe de la Fundación vasca Iseak que encargó el propio Ministerio de Trabajo.
Por supuesto, maquillar la afiliación con el mayor aumento de empleo público de los países de la zona euro es muy fácil. Al estado le da igual el coste, porque lo pagamos los demás. Al estado no le importa subirle los impuestos al trabajo a las administraciones públicas, porque te van a hacer pagarlo en más impuestos.
Todavía no se han recuperado las horas trabajadas por empleado que había en el año 2019
La segunda mentira es decir que “ellos” suben el salario mínimo. En términos reales el salario mínimo se ha revalorizado menos de un 15% considerando el aumento de la cesta de la compra. Además, lo único que hacen es aumentar el coste de contratar, no regalan nada.
La tercera mentira es decir que es una medida que beneficia a todos. Aparentemente beneficia a menos de 2,3 millones de trabajadores y perjudica a la inmensa mayoría de los 17 millones restantes, al subir las bases mínimas de cotización. De hecho, la mayor subida de impuestos la sufren los trabajadores con salarios más bajos.
La realidad es que España cierra 2023 con casi el mismo paro efectivo que en 2019, como explicamos la semana pasada, mostrando que el desastre de empleo de nuestro país no solo es una lacra que nos sitúa como el país con más paro de la OCDE y la UE y con más paro juvenil, sino que deja muy mal a nuestro gobierno comparado con otros.
Grecia, que era el país con mayor tasa de desempleo de Europa en noviembre 2019, ya está a dos puntos y medio en tasa de paro mejor que España.
Grecia, que era el país con mayor tasa de desempleo de Europa en noviembre 2019, ya está a dos puntos y medio en tasa de paro mejor que España
En 2021, España y Grecia tenían la misma tasa de paro oficial, según Eurostat, un 14,8%. Desde entonces, España ha disparado la contratación pública y Grecia la ha reducido, y España ha disfrazado paro con la reforma laboral dejando más de 700.000 fijos discontinuos inactivos que cobran el paro fuera de las listas oficiales.
Pues bien, Grecia, sin maquillaje, ha reducido la tasa de paro al 9,5% y España, con el mayor uso de trucos estadísticos visto en democracia y disparando el empleo público pagado con deuda, se queda en un 11,9%.
No podemos olvidar tampoco que en ese periodo España ha tenido una recuperación admirable del turismo, una inyección sin precedentes de fondos europeos y el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia.
La falaz subida del salario mínimo impuesta sin acuerdo supone un coste de 95 millones de euros para los trabajadores y de casi 500 millones de euros para las empresas.
En un país que disfraza el fracaso la reforma laboral con pluriempleo y contratación pública pagada con deuda, es simplemente una excusa más para el expolio aplaudida por las redes clientelares del socialismo confiscatorio.