Cuenta la leyenda que un 'chaval' asturiano acabó su bachillerato en el Instituto Ramiro de Maeztu demasiado joven. Su edad no le permitía ingresar en las carreras clásicas de la Universidad Complutense. Alguien le indicó que en Madrid empezaba una nueva carrera: "Económicas". El jovencísimo Juan se matriculó y acabó en la primera promoción de esa nueva facultad con Premio Extraordinario, que remató con el doctorado, sobresaliente Cum Laude dirigido por otro gran maestro, el profesor Torres.
Juan Velarde (como se le conoció entre sus alumnos) fue siempre un número uno. Empezando con su ingreso en el cuerpo de inspectores de trabajo. Sus reconocimientos fueron innumerables y sus publicaciones también.
Pero lo importante fue que, desde sus cátedras, primero en Barcelona y luego en Madrid, formó a los futuros economistas españoles. En todas las facultades de económicas de España se seguían sus enseñanzas sus libros e investigaciones, en parte porque discípulos suyos ocuparon las cátedras que se fueron creando en la expansión geográfica de esa materia. Juan Velarde era un mito para todos los interesados en estructura económica y la economía aplicada (sus cátedras).
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Cuando él superaba los ochenta años de largo, coincidimos porque otra de sus pasiones fue la divulgación económica. Se prodigaba en todos los medios de comunicación y revistas (además de libros y juornals científicos). Así que cuando mi querido Juan Pablo Colmenarejo (QPD) montó la tertulia La linterna de la economía coincidimos.
Yo me dirigía a D. Juan Velarde como "maestro", que lo era. Siempre fue amable conmigo y disculpó mis inconveniencias, mirándome desde unas gafas de cristales bastante gordos con ojos amables. Aunque yo estaba en una edad más que madura, aún me consideraba un joven buen alumno. Además, le recordé que él era Ingeniero Agrónomo Honorario, mi primera titulación universitaria.
"Pertenecía a esas generaciones de los españoles "fuertes" forjados en el reto ilusionado y el trabajo duro"
Entonces, con más de 80 años, aún seguía conduciendo su coche durante horas para dar conferencia. Pertenecía a esas generaciones de los españoles "fuertes" forjados en el reto ilusionado y el trabajo duro. Gigantes que levantaron un país tercermundista bajo una dictadura hasta la España que conocemos ahora. Una democracia consolidada, a la que Juan Velarde en los años 80 le recordaba siempre las obligaciones de liberalizar la economía y tener austeridad en las finanzas públicas.
Académico de número de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, la presidió y luego fue su presidente de honor. Eso indica su categoría no solo científica, también su relevancia personal. Experto en Estructura Económica sabía que las decisiones políticas condicionan la marcha de la economía. Además de científico y docente, llegó a la categoría de sabio. Algo mucho más profundo, porque la sabiduría consiste en conocer las causas profundas de la realidad.
Noventa y cinco años llenos de servicios a España y a su ciencia económica. Un campeón de su enseñanza y la divulgación económica.
Ya no puedo reflexionar con él en las tertulias mediáticas. Se pierde una voz sabia, algo escaso en estos tiempos. Por eso, le pido que nos ayude en estos momentos de zozobra económica mundial y española desde donde esté en el más allá. Para un creyente, como yo, desde el cielo.
*** J. R. Pin es profesor del IESE y fue diputado de la UCD.