“Ante las atrocidades, tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo” (Elie Wiesel).
Estados Unidos, para invertir; España, para vivir. Siempre digo esto a mis clientes y, de hecho, lo práctico: tengo casi todos mis ahorros en acciones americanas, pero vivo en Madrid.
Mis comentarios cobran relevancia estos días que hemos visto por enésima vez cómo un joven armado de 18 años abrió fuego el martes en una escuela de Texas acabando con la vida de 21 personas en el tiroteo escolar más mortífero del país en casi una década.
El desarrollo económico debe servir para maximizar la felicidad y el bienestar de los ciudadanos. Soy liberal, que nadie lo malinterprete, considero que el capitalismo es el único sistema económico que hasta ahora ha demostrado funcionar a pesar de sus defectos. Pero no todo vale. No es deseable que, en la primera potencia mundial, la educación de calidad cueste un pastizal o que la Seguridad Social no cubra a todo el mundo, pero… lo que es demencial es que casi cualquiera pueda portar armas al más puro estilo 'salvaje oeste'.
EEUU es el único país rico que todos los años figura en la clasificación de las 50 ciudades con más homicidios per cápita del mundo: San Luis, Baltimore, Nueva Orleans, Memphis, Detroit, Filadelfia y Milwaukee.
En Estados Unidos, se poseen 121 armas por cada 100 habitantes y se sufren 12,2 muertes relacionadas con armas de fuego al año por cada 100.000 habitantes. Son líderes mundiales en ambos epígrafes claramente correlacionados. En este gráfico de Personal Finance Club, vemos que están totalmente fuera de lugar con respecto a cualquier otra nación desarrollada:
Hace sólo unas semanas, New England Journal of Medicine mostró que las armas son ahora la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en EEUU. Están por delante de los accidentes de tráfico, las sobredosis de drogas, los ahogamientos y, por supuesto, por delante del coronavirus. Hay muchas cosas que preocupan a los padres y, sin embargo, las armas son la principal causa de muerte. Veámoslo en esta infografía de Bloomberg:
En este ranking y mapa de la misma fuente, se comprueba que quedan en ridículo comparados con cualquier país avanzado y, por ejemplo, más que duplican a Chile en muertes por armas de fuego en menores de 20 años.
Tiene lógica: los adolescentes no pueden comprar alcohol o tabaco alegremente, pero pueden comprar armas en 44 estados. ¿Cuándo van a enfrentarse con determinación al lobby armamentístico?:
En este gráfico de El Orden Mundial, podemos comprobar que, a pesar de su largo historial e impacto, las autoridades estadounidenses han sido incapaces de frenar los tiroteos masivos. De hecho, cada vez ocurren con más frecuencia: el año 2018 marcó un récord de casos y los cuatro años anteriores a la pandemia (de 2016 a 2019), los mayores registros anuales de víctimas.
Cuando se habla de tiroteos masivos, es importante elegir una definición correcta. Una de las más certeras es la que hace The Violence Project: "Un asesinato múltiple es aquel en el que cuatro o más víctimas son muertas con armas de fuego (sin incluir al agresor) en un mismo suceso en un lugar público y donde el ataque no es atribuible a otra actividad delictiva o circunstancia subyacente":
En esta otra infografía de la misma fuente, se observa que las razones que hay detrás de estas masacres son variadas según el trauma mental del atacante:
Me ha impactado el vídeo que ha circulado estos días por las redes sociales con declaraciones de Steve Kerr (entrenador de la NBA) sobre el suceso. Básicamente, ha dicho que no hay nada que hablar sobre baloncesto porque en pocos días nada relevante sucede, pero ha criticado con vehemencia la pasividad de la sociedad y, sobre todo, de los gobernantes porque siempre sucede igual: se dan unas condolencias y todo sigue. Basta ya, hombre.
Como decía Marshall Rosenberg: "Toda violencia es el resultado de gente engañándose para creer que su dolor es provocado por otras personas, pensando, por tanto, que merecen ser castigadas".