Billetes de euro.

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EN EL MOMENTO ADECUADO

Elijan: estancamiento o inflación, pero no los dos

Como van más de diez años de sequía de desgracias financieras, muchos analistas y asesores se han agarrado a la inflación como a un clavo ardiendo.

19 octubre, 2021 01:39

Llevamos diez años en los que la forma de atraer la atención en los mercados es anunciar algún tipo de desgracia financiera. Una crisis, la explosión de una burbuja o cualquier otro asunto que dé miedo y genere seguidores o clientes en busca de protección. Aunque lo más gracioso es que, al final, no fue ni una crisis financiera ni la explosión de una burbuja lo que provocó el Armagedon, sino un virus llegado de China.

Así que, como van más de diez años de sequía de desgracias financieras, muchos analistas y asesores se han agarrado a la inflación como a un clavo ardiendo, asumiendo, de entrada, que la inflación es siempre mala para la economía o las bolsas, cuando la historia demuestra que depende de cual sea el nivel de inflación.

Y luego, aprovechando el problema que suponen los cuellos de botella del reinicio de actividad, han incluido en el "pack" el estancamiento económico. Estancamiento más inflación: ¿qué puede dar más miedo? Si eso no hace que todos los posibles clientes busquen tu protección, nada lo hará.

Así que, si me permiten ser políticamente incorrecto, les diré que, al menos en esta ocasión, me parece complicado que coincidan ambos jinetes del apocalipsis. El del estancamiento ni está ni se le espera. El de la inflación sí, pero probablemente se quede en jinete por las buenas, sin alcanzar el grado de jinete del apocalipsis.

Por supuesto estoy de acuerdo en que la inflación va a ser superior a lo que fue antes de la pandemia. Lo dije hace tiempo: lo más parecido a salir de una pandemia y un confinamiento mundial es salir de una guerra. Y de las dos guerras mundiales se ha salido con más inflación. Si a eso añadimos que nunca se ha inyectado tanto dinero en el sistema y que los planes de estímulo dejan pálido al Plan Marshall, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que la inflación será superior. Probablemente bastante superior.

Lo más parecido a salir de una pandemia y un confinamiento mundial es salir de una guerra. Y de las dos guerras mundiales se ha salido con más inflación

Pero quienes confían en que volvamos a niveles de inflación tipo años 70 u 80 cometen el mismo error que cuando hablaban del "Lehman chino": están realizando una comparativa que se basa más en el deseo que en la realidad. Por supuesto que hay elementos inflacionistas. Y que vamos a tener un problema serio con la energía, ya que no se ha valorado bien el coste de la transición energética. Pero el peso que supone hoy en día la energía en la inflación no es en comparable a los años 70. Entonces era un 9% y hoy es un 4% (PCE de EEUU)

Pero, sobre todo, olvidan que seguimos en plena revolución industrial, en este caso la digital. No tengo espacio para explicar porqué, pero créanme: todas las revoluciones industriales han sido desinflacionistas. Y esta no es una excepción. La revolución digital actuará como amortiguador en los precios de los servicios.

Por supuesto que habrá presión salarial, ya lo estamos viendo. Pero precisamente eso ayuda a evitar la llegada del otro jinete del apocalipsis, el del estancamiento. Que la gente tenga dinero en el bolsillo es bueno para el crecimiento. Y ya que hablamos de crecimiento: aunque vaya ser artificial y fruto del estímulo monetario y económico, crecimiento va a haber.

Las predicciones de organismos con un buen historial predictivo – es decir, no incluyo al FMI – hablan de un crecimiento global para el año que viene superior al 5% y en el entorno del 4% en 2023. Pero, aunque fuera un 3% - que ya sería equivocarse -: no se le puede llamar estancamiento.

Quienes asesoramos a inversores y ahorradores debemos primar la objetividad y el realismo frente a la búsqueda del "like" o el "retuit"

Al final la realidad estropea un buen tuit. Y la realidad es que parece difícil que los agoreros puedan conseguir la carambola del estancamiento más una alta inflación.

Quienes asesoramos a inversores y ahorradores debemos primar la objetividad y el realismo frente a la búsqueda del "like" o el "retuit". Y lo primero y fundamental a la hora de definir una estrategia de inversión es precisamente tener claro cuál es el cuadro macroeconómico. Y para eso hay que ser realista.

Los que prevén estanflación le están diciendo a los inversores lo mismo que le dijeron cuando les hablaban de crisis y de burbuja: que eviten la renta variable. Pero, vista la subida récord de las bolsas en los últimos 10 años -y muy especialmente en los últimos 20 meses–, hay que pensárselo dos veces antes de seguir ese consejo.

Recuerden que solo una inflación alta y persistente es mala para la renta variable. Y conste que, como asesores independientes que somos, no cobramos más por recomendar fondos de renta variable que por recomendar fondos que inviertan en oro o dejar el dinero en una cuenta corriente. Acertado o no, nuestro consejo está totalmente libre de conflicto de interés.

*** Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance

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