La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha avanzado que no será posible devolver toda su deuda antes de 2027. Así lo ha asegurado el consejero delegado de la entidad, Leopoldo Puig, durante la presentación de los resultados de la compañía. Puig ha remarcado que aunque el objetivo es "vender, vender, vender, como si no hubiese un mañana" habrá una parte de la deuda que "previsiblemente no se va a poder amortizar".
"En nuestras cuentas oficiales ya reflejamos un patrimonio negativo de 14.600 millones; eso ya va dando un indicio de por dónde van las cosas", ha enmarcado Puig al respecto. La compañía cerró 2023 con unas pérdidas netas de 2.198 millones de euros, lo que supone un aumento del 46% respecto a los 'números rojos' de 1.500 millones de 2022.
La entidad ha indicado que estos resultados se deben a la diferencia entre el valor contable de los activos (precio al que éstos se traspasaron en 2012 y 2013) y su precio real de venta en el mercado, así como al aumento de gastos financieros, que se elevaron a 861 millones de euros.
Desde que se constituyó la sociedad, la cartera total de activos se ha reducido en un 54,5%, pasando de los 50.781 millones iniciales a 23.104 millones a cierre de 2023. Actualmente, el 62% de la cartera está constituido por inmuebles y el resto -un 38%-, por préstamos al promotor con garantías inmobiliarias. En su origen, el 78% de la cartera de activos de la sociedad eran estos préstamos.
Los responsables de la sociedad, participada en su mayoría por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), han asumido el deterioro, pese a que están trabajando para liquidar la cartera en 2027, fecha que tiene mandatada la compañía y en la que tiene prevista su propia liquidación.
Respecto a los ingresos, la gran mayoría de esos, unos 2.120 millones de euros, proceden de la venta de inmuebles. Esta cifra se impulsó un 28% respecto a los datos de 2022. Los ingresos procedentes de activos financieros, principalmente la comercialización de préstamos impagados de promotores, generaron 612 millones de euros, un 10% menos que el año anterior. Este descenso se explica porque este tipo de activos cada vez tienen menos peso en el balance de la sociedad.
"La consecución de estas cifras ha sido posible gracias al crecimiento de las ventas de activos terciarios, obras en curso y suelos, así como de las viviendas de obra nueva de Árqura Homes", ha ahondado la entidad en su comunicado.
Actividad comercial
Respecto a la actividad comercial, Sareb comercializó el mencionado récord de 36.690 unidades de diferente tipología (residencial, suelo y terciario), un 35% más en comparación con el dato de 2022.
Los ingresos por ventas del sector residencial fueron de 820 millones de euros, un 2% menos. Sareb ha explicado este descenso por la ralentización de la actividad en los primeros compases del año, aunque después hubo una tendencia de remontada. De su lado, las ventas de suelo y obras paradas alcanzaron los 395 millones, un 20% más; y las de terciario, los 263 millones, un 16% más.
Dentro del sector residencial, en 2023 la Sareb vendió 10.500 viviendas a un precio medio de 90.000 euros, en tanto que el 90% de las mismas fue a parar a manos de particulares y el 10% restante fue adquirida por administraciones públicas y personas jurídicas.
Los ingresos de activos procedentes de desarrollos inmobiliarios impulsados a través de Árqura Homes se situaron en 394 millones de euros, un 85% más que en 2022, gracias a que duplicó la venta de viviendas, hasta las 1.620 unidades.
Asimismo, la sociedad amortizó 1.068 millones de deuda avalada por el Estado durante 2023. Se trata de una importante caída respecto al dato de récord del pasado año, por el que se amortizaron 3.184 millones de euros en 2022. Con todo, la deuda viva desde su origen se ha situado en 29.413 millones.
Sobre la amortización de deuda, el consejero delegado de la Sareb, Leopoldo Puig, ha explicado que el patrimonio negativo se situó en 14.600 millones de euros, por lo que hay una parte de la deuda que no se va a poder amortizar. Asimismo, ha detallado que la diferencia de amortización entre 2022 y 2023 se debe a una amortización extraordinaria que se produjo en 2022 por el lado de la tesorería, una casuística que podría repetirse más adelante, ha apuntado.
En los últimos 11 años, Sareb ha reducido la deuda con aval del Estado en 21.368 millones de euros, el 42% del total, por lo que a cierre de 2023 la cantidad se situaba en los mencionados 29.413 millones frente a los 50.780 con los que nació la entidad.
Durante el año pasado, los gastos de gestión, comercialización y mantenimiento se situaron en 588 millones de euros, un 4% menos que en 2022, si bien el margen bruto arrojó un resultado negativo de 836 millones de euros, un 80% más en tasa interanual.
Los gastos relacionados con estructura y funcionamiento interno de Sareb cayeron un 30%, aunque la sociedad no ha informado del dato absoluto. La entidad atribuye el descenso al "importante esfuerzo en la contención de los gastos".