Tanto el precio del alquiler como de la vivienda siguen su particular escalada de precios. En mayo, y según Idealista, el precio del alquiler subió un 1,4% respecto a abril; un 2,8%, en el último trimestre; y un 3,1% en el último año. Por lo que respecta a la compraventa, el precio de la vivienda usada creció un 0,9% en mayo respecto a abril; un 3%, en el último trimestre; y un 3,6% en el último año.
¿Y cuánto ha subido en la costa? No sólo los clientes nacionales se muestran atraídos por este mercado. Según Belvilla, España es uno de los destinos favoritos donde prefieren invertir los propietarios de vivienda vacacional. Tras los nacionales, son los alemanes (15% del total de casas), holandeses (5%) y belgas (4%) los mayores propietarios de viviendas en España.
Esta es una de las razones de que el precio de la vivienda en la costa haya subido. En concreto, el del alquiler sube un 6% y, el de las ventas, un 5,86%. Son datos de pisos.com, que dejan claro que la costa se ha contagiado del encarecimiento de la vivienda. “Esperamos que la venta de viviendas en las zonas costeras se mantenga a medio plazo y que aumente alrededor de un 5% durante este verano”, indica Rebeca Pérez, CEO y fundadora de Inviertis.
Rentabilidad
Varios son los factores que han vuelto a poner en la rampa de salida a la vivienda en la costa. El primero, como no podía ser de otra manera, es la vuelta del turismo. La Semana Santa ha sido un buen ejemplo, con destinos con el cartel de completo. También el hecho de que el teletrabajo se esté afianzando, lo que impulsa a adquirir y alquilar viviendas con vistas al mar.
Sin olvidar la rentabilidad. En el caso del alquiler, ha pasado aumentado ligeramente (del 2,52% en 2021 al 2,53% en 2022). Aunque hay destinos que superan el 3%. Es el caso de Baleares (3,85%), Costa Cálida (3,35%) y Costa de la Luz (3%). En el otro lado de la balanza, donde se gana menos con el alquiler es en la Costa Vasca (1,61%), la Costa del Garraf (1,95%) y la Costa de Cantabria (2,01%).
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Los datos manejados por pisos.com ponen de manifiesto cuáles son las zonas de playa más asequibles para alquiler. Ahí el ranking lo encabeza la Costa de Almería (458 euros de media a la semana), seguida de Rías Baixas (492 euros) y Rías Altas (504 euros). En el otro extremo, donde es más caro alquilar es en Baleares (1.893 euros a la semana), Costa Brava (1.356 euros) y Costa del Garraf (1.234 euros). La renta media es de 751 euros semanales (un 6% más que en 2021).
Respecto a 2021, los litorales que más han subido de precio son los de Baleares (11,03%), Costa del Sol (10,76%) y Canarias (10,58%). No todas las zonas han incrementado precios. En Costa Verde, han bajado un -2.71%; en Costa de Valencia, un -2,25; y en Costa Vasca, un -1,40%.
Venta
Por lo que respecta a la compraventa, conviene recordar que adquirir una segunda vivienda no sólo representa un bien de uso, sino que también es una inversión. De media, en la costa cuesta 251.927 euros. Por tanto, un 5,86% más que en 2021 (237.982 euros). ¿Y cuál es la amortización? Deben pasar 32 años para conseguirla, siempre desde el supuesto de que la vivienda se disfruta dos semanas al año y se alquila ocho semanas más, según pisos.com.
La Costa del Garraf tiene el precio medio más caro de venta de toda España: 507.283 euros. Le siguen la Costa Vasca (419.932 euros) y la Costa Brava (398.105 euros). Los más económicos, por su parte, están en la Costa de Almería (124.737 euros), Costa Cálida (152.094 euros) y Rías Altas (150.709 euros).
En todas las zonas han subido precios, excepto en dos: Costa Vasca (-2,93%) y Costa Verde (-1,99%). Al igual que en el alquiler, las mayores subidas tuvieron lugar en Baleares (12,17%), Costa del Sol (11,92%) y Canarias (11,01%).
“La costa española sigue siendo un poderoso imán, tanto para clientes nacionales como extranjeros. El regreso del turismo está potenciando el alquiler vacacional, que arroja rentabilidades muy atractivas”, resalta Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.
Por su parte, Rebeca Pérez sostiene que el interés inversor en las zonas de costa no va a verse “muy afectado ni por el aumento de los precios y de la demanda, ni por la subida drástica de los tipos de interés”. Dado el gran volumen de liquidez que hay en el mercado, hace que la mayoría de las operaciones realizadas por inversores se haga al contado para agilizar la transición. Son los particulares los que recurren a la financiación hipotecaria.