La compraventa de viviendas sigue en fase ascendente. En el mes de octubre, llegó a 46.242 operaciones. Se trata de un 22,2% más que en octubre de 2020. Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ponen de manifiesto que se trata de la mayor cifra desde antes de la burbuja inmobiliaria de 2007.
La mayoría de las operaciones fueron en vivienda usada: 36.898 (un incremento del 22,4%). Las de vivienda nueva crecieron algo menos: un 21,6% (9.344 operaciones). Es la vivienda usada, con el 80% del total de las transmisiones, la que crece con más determinación. Y los propietarios que las ponen en el mercado, sabedores de esta circunstancia, llevan a cabo reformas para, así, incrementar su valor.
“Realizar pequeñas intervenciones puede revalorizar la vivienda hasta un 20% de su valor inicial”, indican desde el portal habitissimo. Pequeñas, o grandes. Por ejemplo, reformar por completo un piso de unos 90 metros cuadrados rondaría los 50.000 euros. También puede haber reformas parciales, dependiendo del estado del inmueble.
Tal es el boom, que hay empresas de reformas que, en la actualidad, ya están dando citas para el mes de abril. Y eso que el precio de las reformas está subiendo debido a la escasez de materiales, la subida del precio de la luz y de los carburantes, y a la falta de mano de obra.
Aunque el incremento de precio de las reformas puede llegar hasta el 30% respecto a hace un año, quienes están decididos a dar el paso siguen adelante. Además, y como sucede en otros sectores, hay empresas que están asumiendo parte de esa subida en detrimento de sus márgenes.
Así, y para el final de año, el sector espera llegar a un crecimiento cercano al 13%. Un porcentaje que en 2022 puede crecer todavía más debido a que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia contempla fondos europeos por un valor de 3.420 millones de euros para la rehabilitación de viviendas.
Las reformas que más suben el precio
El gasto medio por hogar en muebles, artículos de decoración y mantenimiento de la vivienda fue de 1.170 euros en 2020. Son datos de nuevo del INE. Un coste a añadir al coste de la vivienda. ¿Qué reforma es la que puede revalorizar más la vivienda? Aquella referida a la distribución de los espacios.
“Hace años se construían las casas con una estructura pensada para otros usos muy distintos a los de hoy en día”, señalan desde habitissimo. Es decir, que esas viviendas no están adaptadas a las necesidades actuales. Viviendas con recámaras en los dormitorios, habitaciones muy pequeñas sin ventas, o pasillos largos y estrechos que quitan luz son algunos de sus ‘defectos’.
Tirar tabiques, redistribuir estancias o sustituir paredes por acristalamientos para ganar luz. Traducido a euros, podemos hablar de unos 300 por tirar tabiques, y de 1.000 si se trata de cerrar estancias como la zona del lavadero. Otra solución que está de moda es colocar tabiques móviles.
Pero si hay dos zonas que pueden impulsar el precio son el baño y la cocina. Además, son dos estancias que claramente definen cuál es la edad del piso. Quitar un baño y poner un plato de ducha cuesta unos 1.000 euros de media. Hacer un lavado de cara completo, sobre los 5.000 euros. En el caso de la cocina, el presupuesto puede oscilar entre los 3.000 y los 8.000 euros.
“La sustitución del suelo es un buen momento para revisar goteras, reparar humedades y retirar el gotelé de las paredes”, apuntan desde habitissimo. El presupuesto estaría entre 10 y 15 euros el metro cuadrado. Cambiar las puertas tiene un coste de entre 60 y 500 euros. Y hacer lo propio con las ventanas, entre 700 y 4.500 euros.
Y, como una imagen vale más que mil palabras, desde HomeServe recomiendan apostar por el home staging. Es decir, cuando se muestre, hacerlo de forma despersonalizada. Es decir, como si fuera un lienzo en blanco. De esta manera, el propietario podrá atraer a un mayor número de potenciales interesados en su adquisición.
Otros gastos
Más allá del precio que una persona pueda negociar con el antiguo propietario, conviene que tenga en cuenta otros gastos añadidos. Y ahí entran en juego muchas variables. Los mismos pueden variar dependiendo de las características del propio inmueble, o de la comunidad autónoma donde se lleve a cabo la transacción, por ejemplo.
Así, y según Bankinter, para un piso de 250.000 euros en Madrid, el coste añadido de adquirir una vivienda de segunda mano sería el siguiente: 300 euros si se pide una tasación (no es necesario hacerlo); 800 euros en notaría; 450 euros en el Registro de la Propiedad; 15.000 euros por el impuesto de Transmisión del Patrimonio; y 430 euros en gestoría. Por tanto, habría que añadir 16.980 euros al coste de la casa.