La Comisión Europea ha retirado la autorización de comercialización de la vacuna contra la Covid-19 de AstraZeneca. Esta decisión llega después de que el propio laboratorio así lo pidiera el pasado mes de marzo.
"A petición del titular, se retira la autorización de comercialización del medicamento 'Vaxzevria - Vacuna COVID-19', que fue concedida el 29 de enero de 2021", reza el texto publicado por la Comisión Europea.
Tras aprobar la solicitud del laboratorio, la vacuna contra la Covid-19 de AstraZeneca dejará de estar autorizada en la Unión Europea a partir del martes 7 de mayo.
Desde la compañía explican que "dado que se han desarrollado múltiples vacunas actualizadas para variantes de la Covid-19, ahora hay un excedente de dosis disponibles. Esto ha provocado una disminución en la demanda de Vaxzervria, que ya no se fabrica ni suministra".
"Estamos increíblemente orgullosos del papel que desempeñó Vaxzevria para poner fin a la pandemia mundial", han continuado. Según estimaciones independientes, sólo en el primer año de uso se salvaron más de 6,5 millones de vidas y se suministraron más de 3.000 millones de dosis de esta vacuna en todo el mundo.
Efectos secundarios
El fin de la comercialización coincide con que AstraZeneca ha admitido que su antígeno frente al coronavirus puede provocar efectos secundarios como trombosis en "casos muy raros", en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior de Reino Unido en febrero.
Esta afirmación por parte de la farmacéutica se produce en el marco de un proceso judicial del Tribunal Supremo inglés, que tiene abierta una demanda colectiva abierta en la que 51 casos de víctimas y familiares reclaman a AstraZeneca hasta 100 millones de libras por daños y prejuicios por los efectos secundarios de la vacuna.
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Uno de los efectos es el síndrome de trombosis con trombocitopenia, que es un coágulo en los vasos sanguíneos del cerebro, piernas o en otra parte del cuerpo.
AstraZeneca rechaza ahora las afirmaciones que recogen las denuncias, pero acepta, sin embargo, que sus dosis "pueden, en casos muy raros, causar trombosis". Precisamente los abogados de los denunciantes argumentan que la vacuna, desarrollada junto con la Universidad de Oxford, "ha tenido un efecto devastador a un pequeño número de familias".
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Uno de los primeros casos en judicializarse fue el de Jaime Scott, quien ha quedado con una lesión cerebral permanente tras sufrir un coágulo y una hemorragia en el cerebro que le impidió trabajar después de recibir la vacuna de AstraZeneca en abril de 2021.