Europa se queda atrás en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos. Los últimos datos de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) arrojan que el Viejo Continente representa el 31% de la inversión, un 25% menos que en 2001. Este informe, elaborado por la consultora Charles River Associates, revela que la financiación de nuevos fármacos se está trasladando potencialmente a Estados Unidos y China.
Tanto es así que, en los últimos 20 años, estos países han aumentado su apuesta en este ámbito en detrimento de Europa, por lo que la futura Estrategia Farmacéutica Europea se contempla por la industria como una oportunidad de oro para recuperar la competitividad perdida. Así lo remarca Farmaindustria, que solicita que se establezcan incentivos a la propiedad industrial y un marco regulatorio estable que proteja al sector.
En datos ofrecidos por la patronal, entre 1990 y 2019 la inversión en I+D biomédica se multiplicó en Europa por 4,9, mientras que en Estados Unidos lo hizo por 9,5 puntos en el mismo periodo. Ante estas cifras, Farmaindustria insiste en que existe un "riesgo tangible" de que el continente europeo se convierta en un mero mercado receptor de una investigación que se desarrolla en otras partes del globo.
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La futura Estrategia Farmacéutica Europea es la oportunidad para cambiar esta situación, según el sector. "Busca conciliar acceso a la innovación, sostenibilidad de los sistemas sanitarios e impulso a la innovación", explican.
Para lograr estos objetivos, la patronal defiende que las compañías se comprometen a colaborar con las autoridades sanitarias en la búsqueda de soluciones que mejoren la disponibilidad de nuevos medicamentos para los pacientes que impulsen la I+D de la próxima generación de vacunas y fármacos y que fomenten el crecimiento de la economía en Europa.
"Europa está preparada para recuperar su lugar como líder en el ecosistema mundial de investigación y desarrollo de nuevos medicamentos", sostiene Farmaindustria.
"Desaprovechar esta oportunidad pone en riesgo el avance y la recuperación de Europa en el área de la investigación biomédica", señalan desde la patronal, que advierte de que existe un peligro real de trasladar aún más la I+D a otras regiones, como está ocurriendo ya.
De continuar este trasvase, las consecuencias se materializarían en forma de retrasos en el acceso a los últimos avances científicos y, por tanto, salud y calidad de vida para los pacientes. También resultaría en una menor entrada a nuevos fármacos o a la posibilidad de participar en ensayos clínicos innovadores.
Además, una reforma favorable europea también permitiría apostar por el crecimiento del empleo en el sector. De hecho, según Efpia, otra forma de observar la realidad de la pérdida de competitividad europea es precisamente es a través del empleo en el sector.
Empleo en investigación de nuevos fármacos
Según los datos de la Federación, los trabajadores dedicados a investigación y desarrollo de nuevos fármacos en China han crecido un 800% desde 2001, frente a un 30% en Europa. Aunque el informe señala que la forma de medir el empleo puede diferir entre los distintos mercados, destaca la posición del gigante asiático, que superó a Europa en 2012 y pisa los talones a Estados Unidos desde 2020.
"No podría ser más importante para los pacientes y para el futuro del desarrollo de medicamentos en Europa que la Comisión y los Gobiernos nacionales trabajen con la industria para mantener y hacer crecer el sector aquí", remarca la directora general de Efpia, Nathalie Moll.
Para lograrlo, según la directiva, hay que estudiar detenidamente a los competidores directos. "Hay que centrarse en la adopción de las mejores prácticas en todo el ecosistema de las ciencias de la vida para emular los éxitos de regiones ambiciosas y líderes en el mundo como Estados Unidos y Asia", añade.