El grupo húngaro Ganz-Mavag (Magyar Vagon) ya está ultimando los trámites necesarios para poder presentar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el 100% de Talgo por unos 630 millones de euros esta misma tarde a cierre del mercado.
Según han confirmado a Europa Press en fuentes del sector, los húngaros ya consiguieron ayer cerrar un preacuerdo con la banca para lograr así esquivar el principal obstáculo que la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) le puso a su primera intención de presentar esta operación a principios de febrero.
En concreto, encontró un problema regulatorio a la misma: que los bancos pueden cancelar sus préstamos con Talgo si cambia el propietario de la compañía. En las cuentas de la compañía figuran 23 entidades con unos créditos de 329 millones de euros.
Sin embargo, Ganz-Mavag, liderada por los empresarios György Bacsa y András Tombor, ha convencido a la banca para seguir apostando por el proyecto de Talgo, incluso si esta cambia de manos, lo que supondrá un precedente de cara a la decisión del Gobierno de vetar o no esta operación.
Una vez conseguido este preacuerdo, la normativa exige que el potencial comprador remita una carta de intenciones al consejo de administración de la compañía, en este caso de Talgo, exponiendo sus motivos para adquirir su capital, que se tendrá que reunir para debatir sobre la misma.
No obstante, desde que trascendiera el pasado mes de noviembre el interés de los húngaros, el consejo no se ha mostrado en ningún momento contrario a la operación. De hecho, sería una oportunidad para que su principal accionista, el fondo Trilantic -que controla el 40% del capital y que entró como inversor en Talgo en 2006- pueda salir y rentabilizar su inversión.
Por todo ello, si todos los trámites se aceleran este jueves, la OPA podría estar presentada esta misma tarde. Si algún trámite se retrasa, igualmente se presentará la operación a la CNMV en los días siguientes.
Rechazo del Gobierno
El siguiente escollo para Magyar Vagon será obtener el visto bueno del Gobierno español, que ya ha adelantando que intentará frenar la operación, al ser Talgo una empresa estratégica para el país, sobre todo ahora que la movilidad sostenible se presenta como principal revulsivo para la economía.
La intención de los húngaros es aprovechar la tecnología de Talgo en la alta velocidad para aumentar su capacidad, ahora bastante limitada frente a otros gigantes europeos como Alstom. De hecho, la compañía acumula casi dos años de retraso para la entrega a Renfe de los trenes Avril y por la cual podría tener que asumir una indemnización de 116 millones de euros.
En cualquier caso, el escudo anti-OPAS del que dispone el Gobierno español podría vetar la operación, incluso aunque el comprador sea europeo, si bien tendrá que argumentar muy bien su decisión para evitar futuros litigios. De momento, el Ejecutivo ha apuntado que podría haber inversores rusos detrás y también pesa el hecho de que Ganz-Mavag esté participado al 45% por el polémico Gobierno de Viktor Orbán.