Este túnel tendrá 42 kilómetros de longitud, de los cuales 27,8 kilómetros serán submarinos, atendiendo a los documentos de La Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija en el Estrecho de Gibraltar (SECEGSA), empresa pública española encargada de esta obra ferroviaria.

Supondrá la conexión entre Casablanca y Madrid en cinco horas en tren y se utilizará para el transporte de pasajeros y mercancías a través de una línea ferroviaria. Permitirá el tránsito de más de 13 millones de toneladas de mercancías y 12,8 millones de pasajeros al año. Según los mismos planos, los puntos de conexión estarán en Punta Paloma (Tarifa) y Malabata (Tánger).

Segunda etapa

A partir de los análisis y estudios de viabilidad de este enlace entre África y Europa se abordará la segunda etapa del proyecto, es decir, la excavación de una galería de reconocimiento que permita identificar las características geomecánicas.

Es decir, se perforará el subsuelo de ambos países en los próximos cinco años. Siempre con el visto bueno de Rabat. Además, a través de esta obra se podrían transportar fibra óptica o líneas de energía de alta tensión.

Este proyecto se reactivará con la financiación de 2,3 millones de euros a través del Plan de Recuperación y Transformación y Resiliencia (PRTR) de la Unión Europea. Del lado marroquí, el trabajo lo realiza la Sociedad Nacional de Estudios del Estrecho (SNED, en sus siglas en francés). Hasta ahora había recibido dinero del Estado, a través de los Presupuestos Generales.

La mayor cuantía, 10 millones de euros, la consiguió en 2005 por parte del Ministerio de Fomento. Esa cantidad se utilizó en un proyecto que se presentó en 2007, pero que después se paralizó con la crisis.

La obra interminable

En 1869 el Consejo de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Fomento español, presentó un primer informe sobre el proyecto. No obstante, se lanzó en el ámbito internacional en 1979 por los reyes Juan Carlos I y Hassan II. En un nuevo acuerdo en 1989 se establecieron reuniones mixtas semestrales. Sin embargo, desde 2010 no se había celebrado ninguna reunión.

Desde la constitución de las sociedades estatales SNED y SECEGSA, los estudios técnicos de ingeniería de esta conexión intercontinental se han ido desarrollando en varias etapas. Durante la primera de ellas se evaluaron todas las tipologías estructurales posibles para la conexión entre España y Marruecos a través del Estrecho.

Las diferentes opciones analizadas fueron un puente suspendido sobre apoyos fijos, un puente suspendido sobre apoyos flotantes, un túnel sumergido apoyado sobre el fondo marino, un túnel flotante sumergido y un túnel excavado. Se concluyó ya a mediados de los años 90 que las dos soluciones más factibles eran el puente suspendido sobre apoyos fijos y el túnel excavado.

Finalmente, tras el coloquio internacional de expertos celebrado en Sevilla, en el que se compararon las diferentes soluciones técnicas, el Comité Mixto intergubernamental decidió en 1996 optar por el túnel excavado como solución.

Así lo hizo tras constatar que era la solución que menos afecta a la navegación marítima, ya que no existe riesgo de colisión de embarcaciones con la infraestructura, que tiene menor repercusión sobre el medio ambiente y que resulta más económica.

Los trabajos de la última década

Esta última década se ha destinado a la obtención de una mayor cantidad de datos sobre el entorno físico del Estrecho de Gibraltar en colaboración con distintas instituciones científicas.

Se ha procedido también a la revisión de estudios técnicos y al seguimiento de la evolución de la tecnología relacionada con la excavación de túneles y las técnicas de prospección. En el ámbito socioeconómico se han hecho estudios de impacto en las relaciones entre Europa y África, los impactos socioeconómicos y observatorio del tráfico de pasajeros y mercancías en el corredor del Estrecho.

Aparcado desde hace años, el proyecto se desempolvó en la Reunión de Alto Nivel (RAN) celebrada en Rabat el pasado mes de febrero. En la Declaración Conjunta se concluyó “la necesidad de desarrollar aún más la conectividad y facilitar la movilidad entre los dos países”.

Entonces España y Marruecos firmaron memorandos de entendimiento en el ámbito de las infraestructuras y los transportes destinados a reforzar la cooperación. Se creó el Comité Mixto Bilateral, el órgano que dirige, coordina y refrenda las acciones de las dos sociedades constituidas en cada país para el desarrollo del proyecto, y se diseñó un plan de trabajo, según explicó el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a EL ESPAÑOL-Invertia.

La obra del túnel la lidera en España José Luis Goberna Caride, presidente de SECEGSA. Este ingeniero oficial del Cuerpo General del Ejército de Tierra es el encargado de acordar con la sociedad marroquí SNED los programas de trabajo, presentándolos al consejo de administración de la sociedad y al Comité Mixto bilateral.

Esta infraestructura constituiría un eslabón esencial de la red de transporte euromediterránea. “La facilitación de los flujos de pasajeros, mercancías y servicios producirá una aceleración cuantitativa y cualitativa de la economía que se traducirá en una nueva ordenación del territorio y en la ampliación de las redes de transporte a ambos lados del Estrecho”, mantiene SECEGSA.

En este sentido, tendría una gran relevancia para el desarrollo económico y social de los países de la región, ofreciendo una oportunidad de crecimiento integrado para toda la zona.