Este movimiento pretendía que la compañía traspasara sus barreras tradicionales para intentar abarcar un mercado más amplio. Manel Villalante, director de Estrategia de Renfe, es el directivo de Renfe que más ha empujado a la compañía en esta dirección durante los últimos años.

El germen de esta visión ha terminado en cristalizar en Dōcō. Una plataforma de movilidad heredera de RaaS (Renfe as a Service), proyecto inicial en el que se fijaron las bases de la nueva línea de negocio de la compañía.

[Renfe lanza Dōcō, su plataforma de movilidad en la que integra todo el transporte]

Con esta iniciativa, Renfe pretende aunar al mayor volumen de opciones -Cercanías, autobuses, metros, taxis o patinetes- en una aplicación desde la que los usuarios puedan planificar y pagar todos los servicios que necesiten para desplazarse por España.

Llevan años hablando de poner en marcha su propia plataforma de movilidad, ¿cómo ha sido el proceso?

Dōcō nace con más de tres años de trabajo detrás. Durante este tiempo, hemos analizado el mercado, puesto en marcha conversaciones con otros operadores, analizado las tendencias, licitando... El objetivo es hacer una plataforma abierta e inclusiva en la que todos los participantes se sientan cómodos.

A finales de noviembre lanzaremos la primera versión de la aplicación. A partir de ese momento, vamos a ir integrando participantes paulatinamente. Un proceso en el que esperamos sumar al primer operador de transporte público antes de que termine este año. Buscamos un objetivo común: aumentar el uso del transporte público.

¿Qué va a aportar Dōcō al mercado de la movilidad?

Nuestro objetivo es poner en manos de los ciudadanos una solución que simplifique la movilidad multimodal a lo largo y ancho de todo el territorio español. Que el usuario elija un destino y pueda combinar medios de transporte para realizar este viaje de la forma más sencilla.

Para ello, queremos integrar a todas las compañías que nos lo pidan. La única condición es que estén operando de forma legal en el territorio donde presten servicio. La dificultad de este proyecto no es tecnológica, es organizativa.

¿Cuál es el calendario del proyecto?

El proyecto es a cinco años. Hemos utilizado uno en realizar lo que se conoce como MVP. Un mínimo producto viable con el que aterrizar en el mercado y conseguir los primeros usuarios. Incluirá toda la red de Renfe y, como mínimo, en todos estos puntos podremos pedir y pagar un taxi en 40 kilómetros de radio. Además, en 14 ciudades tendremos integraciones con operadores de patinete, VTC, carsharing, motosharing y bicicletas.

En dos años esperamos tener un número de integraciones que permitan moverse por todo el territorio. Para los últimos dos años, el objetivo es que la aplicación sea capaz de ser proactiva y que, gracias a la inteligencia artificial, sea capaz de ofrecer propuestas al usuario sin que las pida.

¿Cómo será el funcionamiento de cara al usuario?

Tendrán tres criterios de búsqueda: tiempo de viaje, coste e impacto en el medioambiente. Nuestra gran apuesta es que desde esta aplicación los usuarios puedan con un único pago contratar todos los servicios que intervengan en este viaje y luego desplazarse con un único billete digital. 

En lo que respecta al precio, tomemos como ejemplo un viaje en el que hay cinco etapas. Dōcō asegura que el coste total del conjunto nunca va a ser superior a lo que habría costado comprándolo por separado. A partir de aquí, incluiremos objetivos promocionales con acuerdos bilaterales con las empresas incluidas en el proyecto para hacer la oferta lo más atractiva posible económicamente. 

Habrá tres criterios de búsqueda: tiempo de viaje, coste e impacto en el medioambiente. Los usuarios podrán contratar con un único pago todos los servicios que intervengan en un viaje y tener un único billete digital, aunque hubiera cinco etapas

¿Qué inversión van a dedicar al proyecto?

La licitación, ganada por Ntt Data y Siemens Mobility, está valorada en 45 millones de euros para cinco años. Un tercio de este montante corresponderá al cumplimiento de unos objetivos. Esto quiere decir que compartimos riesgos, algo muy innovador en lo que tiene que ver con la contratación pública.

No existe serie histórica de algo similar a lo que hemos hecho con este proyecto. Nuestro objetivo es amortizar todos los costes del proyecto en el quinto año. Va a ser un reto, pero nuestros estudios dicen que se puede conseguir. 

¿Cuáles han sido las principales dificultades en la puesta en marcha de Dōcō?

Ha sido un proyecto difícil de entender internamente. Renfe es una empresa muy pegada a lo ferroviario. En 2022, el viaje es algo puerta a puerta. No podemos pensar sólo en un medio de transporte. Nuestra ambición es ser la plataforma que mejor preste este servicio de inicio a final a los ciudadanos y que todos los participantes ganen por el camino.

Otra cuestión compleja es la operativa durante el viaje. Hemos diseñado un sistema que va a integrar todas las opciones posibles para que la aplicación funcione como un billete cuando te desplazas entre diferentes medios de transporte. Desde contactless a códigos QR. El objetivo es reducir a la mínima expresión cualquier fricción cuando el usuario cambie entre modos de transporte.