Un cambio regulatorio, tanto a nivel europeo como en España, es imprescindible para que Europa pueda lograr su soberanía digital. Solo así la región podrá aprovechar oportunidad que tiene de convertirse en "superpotencia tecnológica" a nivel global y definir su autonomía estratégica en el nuevo mundo que viene con la revolución digital.
Así lo recoge la última edición del Informe Sociedad Digital en España 2023, publicado por Fundación Telefónica, en el que se analizan las tendencias tecnológicas y su evolución en 2022 y se vuelve a poner de relieve la necesidad de "una contribución justa que garantice la sostenibilidad de las redes".
El informe remarca que las condiciones del mercado de Internet han cambiado en todo el mundo y el poder de negociación de las plataformas y los grandes proveedores de contenidos se ha ampliado en los últimos años.
A este respecto, recuerda que mientras que los ingresos de las telecomunicaciones disminuyen, el tráfico de internet crece un 35% anualmente. Más del 50% en el caso de los datos móviles. Y sólo seis grandes plataformas digitales generan más de la mitad del tráfico total, que se incrementa incesantemente.
"El sector de las telecomunicaciones se enfrenta a retos cada vez mayores para mantener el ritmo de inversión y la sostenibilidad del ecosistema digital de la Unión Europea, que depende de él", advierte el estudio de Fundación Telefónica.
Un nuevo marco
Por este motivo, ve urgente el desarrollo una propuesta regulatoria ante los cambios que ha traído la aceleración de la digitalización, tanto a nivel europeo como español. "Se trata de crear un nuevo marco legal adecuado y adaptado a los nuevos desarrollos e infraestructuras. En estos nuevos tiempos se necesitan nuevas reglas de juego", incide.
En este sentido, insiste en que la contribución justa de las Big Tech a la sostenibilidad de la red no es un debate de los operadores de la UE contra las grandes plataformas de contenidos estadounidenses, sino un debate global que empezó en Asia y se extendió a Estados Unidos y Europa para sostener la inversión y el despliegue de la red.
Además, el informe incide en que la propuesta de contribución justa realizada por los operadores cumple plenamente las obligaciones de neutralidad de la red. Su objetivo es reforzar la sostenibilidad de las inversiones para hacer frente al aumento de la demanda de tráfico de los grandes originadores, pero esto "no implica, en modo alguno, una gestión diferenciada ni un trato desigual del tráfico".
A este respecto, Sergio Oslé, consejero delegado de Telefónica España, ha destacado en la presentación del informe que, aunque la regulación ha hecho un buen trabajo en España para situar al país en una posición de liderazgo en cuanto a infraestructuras digitales, estamos en una sociedad "radicalmente distinta a la del siglo pasado y la regulación se tiene que adaptar".
En concreto, Oslé ha detallado que a nivel nacional en España se debe empezar a desregular el acceso a las redes de telecomunicaciones de nueva generación y apoyar a los operadores que invierten en España, entre los que se encuentra Telefónica, además de otras compañías.
A nivel europeo, Oslé ha remarcado que el Viejo Continente se juega mucho con todo el tema del fair share. Así, ha apuntado que si queremos una transición digital e inclusiva para todos es necesario replantearse si como sociedad es normal que tan solo seis compañías globales, ninguna de origen europeo, disfruten de la mitad de los recursos de los que tenemos que disfrutar todos los ciudadanos.
Líder en infraestructura
Por otro lado, el informe también pone de relieve el liderazgo "indiscutible" de España en términos de desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones. Así, destaca que el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI), que elabora anualmente la Comisión Europea, situaba a nuestro país en 2022 en el tercer puesto en conectividad, solo por detrás de Dinamarca y Países Bajos.
Además, apunta que España es el tercer país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en despliegue de fibra óptica y el cuatro de la Unión Europea (UE), con una cobertura del 93,8% de la población, gracias a la colaboración público privada y a las fuertes inversiones realizadas por el sector.
Una apuesta inversora que los operadores también están aplicando en el 5G y que ha permitido un "relevante aumento" de la cobertura en 2022. En concreto, en la Unión Europea ha pasado del 13,9% de los hogares en 2021 al 65,8% en 2022. En España, Telefónica cerró el año 2022 con un total de 1.719 municipios con 5G, lo que supone una cobertura superior al 83% de la población.