Soldados del ejército egipcio hacen guardia en el cruce fronterizo de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza.

Soldados del ejército egipcio hacen guardia en el cruce fronterizo de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza. Gehad Hamdy / dpa - Europa Press.

Fondos de inversión

Los inversores confían en la renta fija para ganar entre un 5% y un 8% y blindarse ante la guerra o una recesión

Las gestoras abogan por ir de los monetarios a los bonos y, en general, prefieren la renta fija a la bolsa.

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A los vaivenes vividos desde el verano por el mercado, ahora se suma la inestabilidad provocada por la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza. Un maremágnum de factores que está acorralando a los inversores a la hora de conformar sus carteras para la recta final de año. Ante tal incertidumbre, los expertos confían en la renta fija como el mejor activo financiero para blindarse ante el conflicto y una posible recesión económica.

Así lo creen en Pimco: “Los fondos de bonos de alta calidad rinden actualmente entre un 5% y un 8%, unos niveles muy atractivos en comparación con la renta variable, y ofrecen protección bajista en caso de recesión”.

“Con los rendimientos en los niveles actuales, la renta fija resulta atractiva, aunque la inflación se acelerase hacia el límite superior de nuestra previsión, y estos rendimientos pueden ayudar a los inversores a estar más protegidos ante la incertidumbre actual”, sostienen los analistas Nicola Mai, Tiffany Wilding y Andrew Balls.

Scott DiMaggio, codirector de Renta Fija en AllianceBernstein, asegura en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia que “estamos cerca del final en la subida de tipos de los bancos centrales”. Según las previsiones de su gestora, “potencialmente quedaría una subida adicional por parte de los principales bancos centrales”, esto es, la Reserva Federal (Fed) estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE).

“Las expectativas de crecimiento para 2024 están por debajo del 1% en Estados Unidos y del 0,5% en Europa. Los bancos centrales están en una posición cómoda donde ahora el tiempo es su amigo. La cantidad de incertidumbre es muy alta y eso crea oportunidades en la renta fija”, cree DiMaggio.

Bolsa e inflación

Aunque los cupones que ahora ofrecen los bonos no se habían visto en más de una década, la fuerte caída que experimentaron al unísono el año pasado la renta fija y las acciones hace dudar a los inversores sobre la conveniencia de entrar decididamente a los activos de deuda.

“También prevemos que la renta fija y la renta variable recuperen su habitual correlación inversa -según la cual los bonos se comportan bien cuando las acciones sufren y viceversa- a medida que la inflación se acerque al objetivo de los bancos centrales a lo largo del próximo año”, subrayan desde Pimco.

El director global de Inversiones de Edmond de Rothschild AM, Benjamin Melman, reconoce que “seguimos sobreponderados en renta fija y ligeramente infraponderados en renta variable”. En su opinión, “los recientes acontecimientos en Oriente Medio y el riesgo de que el conflicto se extienda son otro motivo para mantener la cautela”.

Así las cosas, AllianceBernstein considera que la puerta de entrada deberían ser los bonos corporativos norteamericanos de más calidad (grado de inversión) con duraciones de los cinco a los diez años. “Y más o menos lo mismo en el caso de Europa”, especifica DiMaggio. “Nos gusta la deuda tanto de los bancos estadounidenses como de los europeos, así como las empresas industriales con rating BB. Puedes comprar estos bonos con intereses entre el 6% y el 9 ó 10%, son buenas oportunidades para el próximo par de años”, avanza el gestor.

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“La deuda BB de alto rendimiento europea y los bonos híbridos corporativos con grado de inversión ofrecen ahora un atractivo perfil de riesgo-rentabilidad”, asevera Melman, de Edmond de Rothschild.

Los analistas de Fidelity esperan, en promedio, unos aumentos moderados de los precios durante los próximos seis meses y ponen de relieve la persistencia de las presiones en las cadenas de suministro de sectores como la industria y los servicios de comunicación. “La Fed no ha resuelto todavía el problema de la inflación”, de ahí que el mensaje parezca claro: “Los tipos se mantendrán en niveles más elevados durante más tiempo”.

¿Recesión a medio plazo?

De momento, la fuerte subida de tipos experimentada en los últimos 15 meses no ha provocado una hecatombe en la economía mundial como se temía. Pero… ¿está descartada la recesión a medio plazo?

“La situación es lo suficientemente incierta como para creer que es mucho más probable que haya recesión que no la haya. Calculamos que existe una probabilidad del 60% de recesión cíclica, en la que el desempleo suba hasta una horquilla comprendida entre el 4,4% y el 6,5% en EEUU durante los próximos doce meses”, de acuerdo a las estimaciones de Fidelity.

Se abren dos posibles escenarios: un aterrizaje “suave” de la economía o un aterrizaje “forzoso”. Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM (del grupo Vontobel), realiza una simulación bajo la suposición de una cartera compuesta por un 25% en bonos del Tesoro de EEUU a diez años, un 25% en bonos corporativos BBB en dólares y un 50% en high yield también en dólares.

Si el aterrizaje de la economía fuera suave, el retorno total a un año de esta cartera sería del 12,2%. “En este escenario, si se permite la inflación, es razonable esperar que la Reserva Federal y otros bancos centrales empiecen a recortar los tipos de forma lenta pero segura”.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante una rueda de prensa.

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante una rueda de prensa. Elizabeth Frantz. Reuters.

Por el contrario, si el aterrizaje fuera forzoso, el rendimiento total a un año de la cartera en esta hipótesis sería del 6,7%. “La Fed y otros bancos centrales recortarían los tipos con relativa rapidez y se produciría una huida hacia la calidad al aumentar las expectativas de impago”, detalla Villarroel.

Para navegar por los distintos escenarios, sin saber aún cuál se materializará, el experto de Vontobel aboga por que los inversores construyan una cartera de renta fija diversificada y equilibrada que proporcione ingresos y proteja de las caídas en escenarios muy diferentes.

La competencia del efectivo

Otra cuestión es si estar en renta fija a muy corto plazo, es decir, en activos monetarios y efectivo, o si posicionarse a largo plazo. “Ahora la liquidez es la gran competidora de la renta fija. El efectivo es el rey. Pero si el año que viene llega una desaceleración, los bonos podrían entrar en un rally. Y los cupones ahora son atractivos. Ya hay gente moviéndose del efectivo hacia los bonos”, destaca DiMaggio, de AllianceBernstein.

Con rendimientos cercanos al 5% en las letras del Tesoro estadounidense a tres meses y por encima del 3,8% las letras del Tesoro español a doce meses, estar en liquidez es la primera opción que manejan los pequeños ahorradores.

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Pero los grandes inversores van un paso más allá y prefieren los bonos a medio y largo plazo. Como explican Nanette Abuhoff y Patrick Wattiau, estratega global de inversión multiactivos y analista en Wellington Management, respectivamente, “aumentar los bonos en detrimento del efectivo no es un riesgo tan grande como cabría suponer para una cartera. Nuestros análisis revelan que, incluso si la Fed sigue subiendo los tipos, la rentabilidad de los bonos sería comparable a la del efectivo a corto plazo y, a largo plazo, la superaría, a tenor de los ciclos anteriores”.