Ante un año catastrófico para los mercados, las grandes firmas de inversión se apresuran a insuflar ánimos a los clientes para el 2023. Pareciera que, tras un ejercicio para el olvido, sí o sí después tuviera que venir un festín. Cosa que, sin embargo, prefiere no anticipar Singular Bank.
Su jefe de Estrategia, Roberto Scholtes, discrepa del consenso del mercado en cuatro aspectos. La recuperación será “débil y lenta”, no tan pujante como otros hacen creer; la inflación se mantendrá por encima del 2% “unos años más”; los bancos centrales se van a ver obligados a tener los tipos de interés “al máximo durante más tiempo”, con una futura bajada “más lenta de lo descontado y, si acaso, a partir de 2024”, y todo eso con unos mercados “demasiado complacientes”.
“Las primas de riesgo van a repuntar”, mientras que “las bolsas no están tan baratas como parecen, habrá una decepción con los beneficios empresariales”, ha sostenido Scholtes en una presentación del banco privado dejando las puertas abiertas a nuevas correcciones de los parqués.
Por todo este contexto, los estrategas de Singular Bank se muestran “prudentes” con respecto al próximo ejercicio: están muy infraponderados en renta variable y tienen duraciones “mucho más cortas” que los índices de referencia en renta fija.
Sus carteras modelo se centran en el crédito europeo de alta calidad y en el americano de alto rendimiento (con más riesgo), en la deuda bancaria sénior, en acciones asiáticas exceptuando a China y en compañías con dividendos altos y sostenibles. Por el contrario, evitan la deuda pública, tanto en euros como en dólares, y la renta variable en términos generales, sobre todo en China.
Potencial y sectores de la bolsa
Para finales de 2023, Scholtes da un potencial de revalorización a la bolsa americana del 2%, por un 5% a los parqués europeos dado su punto de partida más bajo.
Sectorialmente, Singular se muestra optimista con financieras (bancos y aseguradoras) y energéticas (sobre todo, petroleras), las grandes beneficiadas de los problemas que están causando la volatilidad e incertidumbre actual, esto es, las subidas de tipos de interés y la crisis energética derivada de la guerra rusa en Ucrania.
Credit Suisse no quebrará
Preguntado su estratega jefe por el caso particular de Credit Suisse, quien se encuentra en una difícil tesitura financiera y reputacional y de quien muchos temen que una quiebra suya pueda convertirse en un Lehman Brothers 2.0, Scholtes considera del segundo mayor banco suizo que “no es un problema sistémico como lo fue Lehman y ahora tiene un colchón de capital suficiente”, si bien el dilema que entraña es para sus accionistas.
“Desmantelar una banca de inversión lleva tiempo, y que eso se traduzca en la valoración bursátil tarda todavía más”. Según el experto de Singular, podría verse una mejoría en el banco helvético, pero no a corto plazo.